Un debate en el Congreso, un aula
de clase, un debate acalorado entre amigos, una discusión discotequera de fin
de semana, una tertulia en los medios de comunicación… ¿qué tienen en común
todas estas situaciones?... la escucha activa o la ausencia de ella.
En cualquier contexto de los
expuestos se oye pero no se escucha y es que no es lo mismo oír que escuchar.
La psicología entiende la escucha activa como una técnica y estrategia de la
comunicación humana que mediante actitudes y comportamientos del receptor lo
predisponen para escuchar activamente al emisor y dar respuesta empática.
Si escucháramos de forma activa,
¿cuántos cambios se producirían a nuestro alrededor? ¿ Cuántos resultados
hubieran sido diferentes ? Oír sólo demuestra que nuestra salud auditiva es
correcta, pero escuchar de forma activa significa que tenemos interés en la
otra persona y nos involucramos en la conversación y su devenir.