Algunos estudios de los últimos meses por analistas
noruegos, citados en la prensa, hablaban de un descenso del coeficiente
intelectual medio que comienza su declive en los nacidos a partir de 1975 y
cuya edad adulta se establece en la década de los noventa. Añade que el factor
genético está fuera de la causa de tal situación, siendo factores ambientales
los causantes como son el avance de las nuevas tecnologías y la consiguiente
falta de estímulos para el pensamiento y el sometimiento a la inteligencia
artificial para el solucionario cotidiano, como si quisiéramos que Google nos
diera todas las respuestas sin el más mínimo razonamiento por nuestra parte. La
metodología y el aprendizaje de las matemáticas y los idiomas también se hace
notar.
Un rayo de esperanza para la raza humana aparece, no
obstante, aduciendo que quizás el fallo podría estar en la metodología de
medición del coeficiente que no está adaptando a un mundo cambiante y diferente
a cuándo se creó los actuales procedimientos.
Decía la neuropsicóloga Katherine Possin que “Vivimos en sociedades donde ya la
inteligencia no está basada en la memorización o en los aspectos matemáticos y
de vocabulario que miden los tests tradicionales, sino más bien que se vincula
más con los recursos que se pueden encontrar de manera creciente en el mundo
digital”
En cualquier caso, sí que somos esclavos de las nuevas
tecnologías en cuanto nos limita el razonamiento personal y el esfuerzo.
Reflexionemos y pensemos…a ser posible, sin mirar en Google.
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