Parece que la Europa ciudadana se alegra, independientemente de su ideario político, de la victoria del socialista Hollande en Francia por lo que puede significar de revulsivo a la modificación del proyecto europeo contra la crisis que, más que encabezar, exige la Alemania de Merkel. La elección de esta nueva figura puede suponer, y así creo que será, un contrapeso en la balanza de las relaciones europeas que desfigure ese negro panorama de restricciones, recortes y reformas que ahogan el consumo y la recuperación económica.
Oía ayer a un entrevistado del programa “Salvados” en la Sexta TV cuyo nombre no recuerdo que si la crisis es culpa de todos: estado, ciudadanos y banca, como es que los recortes y las consecuencias negativas sólo recae en los dos primeros, mientras a los bancos se les ofrece ayudas para su saneamiento. No deja de tener razón, si bien me temo, como ya he dicho en anteriores entradas de este blog que los estados soberanos han caído en las redes del mercado capitalista más especulador, cuando pueden establecer acuerdos dentro del marco europeo y extracomunitario de forma que las leyes nacionales y supranacionales eviten y luchen contra la especulación de unos pocos que se están enriqueciendo en detrimentos de los muchos afectados por esta situación de crisis global.
Además con el resultado de este otro “mayo francés” se esclarece el horizonte de las ideas socialistas en Europa, si bien hay que mirar de reojo a las fuerzas minoritarias que nacen o avivan fuerzas a los sones de un voto de castigo a los partidos tradicionales que no han sabido gestionar como se esperaba de ellos una situación como la actual.
Hollande puede ser una esperanza de cambio en Europa si su discurso es coherente y no se doblega a las órdenes de la Señora Merkel, posibilitando crear otra corriente de opinión y acción en contraposición a las ideas-intereses de Alemania.
Puedes ver el primer discurso de Hollande en este enlace de la web de “El País Internacional”
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