miércoles, 9 de julio de 2014

Pan y mantequilla

 

Escuchaba en la radio la canción “Pan y mantequilla” del grupo canario Efecto Pasillo cuando me vino a la mente esas meriendas de la infancia con esos dos elementos básicos de la gastronomía infantil de la época.  Era la comida por excelencia para la tarde, al menos para mí y los amigos de mi entorno. Todos recordarán el famoso anuncio televisivo de Tulipán.
Luego vendrían lujos para el tentempié de media tarde como el bollycao como precursor de la extensa bollería industrial actual, la mortadela con aceituna que ampliaba los horizontes del sabor o experimentos como el relleno de leche condensada mediante un agujero practicado en uno de los bordes del pan.
El pan y mantequilla quedó atrás en las nuevas generaciones que veían como el abanico de posibilidades se iba ampliando en unas merendolas de escándalo que aunque fueras creciendo seguías haciendo pero con mejores viandas. La mantequilla era algo pobre para condimentar un pan que pedía mejores exquisiteces.
Ahora que la crisis ha golpeado de lleno muchos hogares y que la apertura de los comedores escolares en verano es una necesidad, pese a la miopía de nuestros gobernantes, el pan y mantequilla de aquellos años se antoja, si no un lujo, una merienda digna para muchos niños cuyas familias atraviesan momentos complicados.
            El estado del bienestar puede fallar en muchos de los derechos adquiridos a lo largo de mucho tiempo y podremos debatir sobre ello pero, en ningún caso, los recortes al mismo pueden afectar a algo primordial como es la alimentación básica de los ciudadanos. Es una simple cuestión de supervivencia porque el estómago no entiende de ideologías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario