Las lluvias del otoño por fin se
han dejado sentir por estos lares empapando la tierra tan necesitada de una
Canarias seca en sus raíces. El cielo ha llorado durante días a merced de
borrascas y tormentas que, quizás por ese cambio climático del que muchos
hablan, nos visita cada vez más frecuentemente en los últimos años....y todavía
no ha acabado pues ya para el jueves nos anuncian nuevos nubarrones en el
horizonte.
En tanto, a paso lento y mojado,
se ha instalado casi sin darnos cuenta la parafernalia navideña en nuestras
calles y centros comerciales y si bien todavía es pronto para adornar los
hogares con tal motivo, no podemos obviar ni queriéndolo las fiestas que se
avecinan gracias a la publicidad cada vez más prematura y a las viandas que nos
entra por los ojos cuando vamos a hacer la compra.
Y mientras la navidad se acerca
al ritmo pausado y lluvioso de un otoño tardío el panorama concluyente de este
año es sombrío merced a un estado del bienestar del que sólo queda el recuerdo
en tiempo pasado y del hastío que nos merece unos gobernantes que no son
merecedores de una confianza cada vez más quebradiza de la gente. No obstante,
tampoco está este país para quimeras y alucinaciones de desierto porque la
esperanza cuando nace de la desazón se torna peligrosa.
Echo en falta un acuerdo de
mínimos de los principales partidos, sino de todos como sería deseable, en
torno a un documento contra los efectos de una crisis que aunque global puede
ser tratada en sus consecuencias de forma local con voluntad, buena gestión y
sentido de la responsabilidad y la solidaridad....pero me temo que ya estoy
entrando en los buenos deseos para pedir a los reyes magos.
La lluvia por venir lavará la
conciencia de algunos, mojará las ilusiones de otros y hará correr calle abajo
los deseos de buenaventura en el futuro; pero va llegando la Navidad y es hora
del descanso para reposar la crisis a fuego lento y pensar y repensar en los que
nos han llevado hasta aquí para poder actuar en un año nuevo con una razón
nueva y con un planteamiento diferente.
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