miércoles, 11 de febrero de 2015

Reflexionar con...Blas de Otero

Realizarse no es un juego de palabra
 
Si tú supieras que lo importante es realizarse, no soñar, ni vivir, sino realizarse por encima de todo, esto que resulta tan fácil para ti, tan terriblemente fácil: he aquí, por ejemplo, una expresión en la que he realizado exactamente lo que quería decir: el prodigio de la palabra reproduciendo literalmente la realidad.
 
Crear vida expresándose con absoluta fatalidad y libertad. Cuando empleamos dos términos – terrible-fácil; necesidad-libertad – extraemos como con unas pinzas la entraña misma del concepto que no es más que la realidad en lucha consigo misma, al menos hasta aquí llego la ciencia, y el poeta no tiene por qué quedarse atrás.
 
Si tú supieras todo lo que sabes sin darte cuenta, cómo ahora, por ejemplo, empiezas a sentir frío y sigues sentado tranquilamente, cómo te vas devorando noche tras noche porque sabes sin que nadie te lo dijera que ésta es tu misión, expresar digna y escuetamente cuanto has experimentado a través del tiempo presente, pasado y futuro, pues sólo un poeta que sin proponérselo está de acuerdo consigo mismo y con el mundo futuro, presente y pasado, puede solucionar la aparente contradicción y realizar con su palabra la plenitud de lo más instantáneo que fluye: la vida.
 
Pueden pasar las horas, los aviones, los ríos, pueden en una guerra derribar los derechos humanos, hospitales, aviones y demás reglas de juego, pueden lanzar inmensas campañas de propaganda, cortinas de humo, miles de paracaídas con armamento, medicinas, chocolate, pero todo está previsto en el próximo poema que ayer escribimos, de manera que las puertas del cielo no prevalecieron ante la ligera presión de Gagarín, de igual modo que la revolución francesa con todos sus fracasos hizo posible la amistad y la tolerancia, aunque todavía ni tú ni yo pudimos realizarlas cumplidamente de obra ni de palabra.


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