Nunca supe hacia donde va el tiempo
ese tiempo que hice entre mis manos y se marcha
libre como un ánade silvestre
como el agua de un río desconocido.
Curiosas campanas denuncian su paso
y en la noche los astros intensos alumbran
del corazón la fiesta en lugares ignotos.
Nunca supe hacia donde va el tiempo
si conozco mares, llanos o montañas
donde sus alas se pliegan.
Pero un día será posible que encuentre en mi camino
un cerezo de flores perennes que descansa en el espejo
(de una nube.
Tan cerca estaré entonces como ahora tan lejos
de una mano que el tiempo dejó entre mis manos.
(Rafael Arozarena)
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