Febrero es el mes de la incertidumbre: ni negro
ni blanco, pero sí sombras intermedias. Nada es seguro.
jueves, 31 de enero de 2019
miércoles, 30 de enero de 2019
Reflexión
Más claro es
imposible...los medios de comunicación y el estado de derecho deben
reflexionar. No todo vale en nombre de la libertad de prensa. #humordemorgan
lunes, 28 de enero de 2019
Reflexión de lunes
Último lunes de enero de
esta cuesta virtual interminable esperando un febrero de caretas que nos
obligará a ser más cautelosos en la búsqueda de la verdad sin
artificios ni mentiras. Esa verdad tan desvirtuada por las mentiras
piadosas o las verdades a medias como si necesitaramos de una tutela de
la probable ignorancia o una protección de nuestras mentes inocentes. Se
hace difícil encontrar la verdad en la era de las fakenews.
jueves, 24 de enero de 2019
martes, 22 de enero de 2019
Frases: Federico García Lorca
Tenía frío y
no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir,
horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del
corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre,
sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda
la vida.
viernes, 18 de enero de 2019
Reflexión de viernes
A mitad del primer mes de este año
2019 ya se adivina el porvenir de los meses siguientes y más cuándo las
elecciones, al menos algunas, asoman en el horizonte. La sociedad en general y
la clase política en particular han convertido los radicalismos en lo cotidiano.
No hay grises, sólo antónimos:
derecha-izquierda, hombre-mujer, bien-mal, constitucionalista-independentista,
progre-facha y así podríamos seguir hasta aburrirnos porque también el lenguaje
se ha radicalizado con los opuestos enfrentados como herramienta al servicio de
las ideas además de pervertirlo para darle nuevos significados a palabras que
anteriormente pasaban más desapercibidas.
No se escapan los medios de
comunicación a esta revolución de la democracia y haciendo honor a ese
papel honorífico del cuarto poder no escatima esfuerzos en manipular en función
de los intereses económicos e ideológicos de sus propietarios porque eso de la
información neutral no se lo cree nadie a estas alturas donde el beneficio
económico y el marketing de las ideas impera en las ondas, los hertzios y el
papel de imprenta.
El debate y el diálogo en política
- como en la vida misma- es no sólo necesario sino obligatorio como
característica intrínseca de una democracia plena pero dejando la teoría a un
lado hemos de reconocer que en la práctica este enaltecimiento de los
radicalismos no hace posible cualquier mínima confrontación de ideas y nos
encontramos con una sucesión de voces y altas como definición de tertulias
televisivas o radiofónicas cada vez más empobrecidas y devaluadas y un
hemiciclo parlamentario, cuna del debate por excelencia, donde el sentido de
estado, la responsabilidad con los ciudadanos y el voto representativo quedan
aparcados a los pies de los leones para dejar paso al circo romano donde la
espada y el escudo se han mutado en la palabra brusca, el insulto y la falta de
respeto institucional.
No todos son iguales, a los
partidos me refiero; ni todos los políticos tampoco, pero el problema es que
nadie está libre de culpa si bien unos y otros difieren en cuanto al contenido
de sus huchas de errores. Son estos hombres y mujeres dedicados a la política y
su oficio de servir al pueblo los que con sus acciones y omisiones han logrado
la desafección de una mayoría ciudadana que no tiene voto definido en el tiempo
o bien simplemente prefiere ver la urna por la tele en las noticias.
Los grandes temas del Estado tienen
un papel importante en el voto autonómico y municipal, si bien en el marco
estatal las macrocifras, la macroeconomía y los temas europeos esconden
aquellos temas cotidianos de los habitantes de los pueblos de España cuyos
horizontes y pensamientos son más cercanos y no siempre son respondidos con
eficacia y eficiencia por los dirigentes municipales.
Cuesta ser optimista en esta legislatura
de desencuentros. Cuesta aceptar la afrenta a la democracia. Cuesta aceptar que
esto sea la política. Gobierno y Oposición deberían estar en el rincón de
pensar y quizás habría que poner el carnet por puntos para los que se sientan
en los sillones de la responsabilidad.
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