Se acerca las Fiestas del Pino, una de las más
importantes del calendario festivo insular y por prevención se hace necesario
la suspensión de las mismas tal como han sucedido con la práctica totalidad de
las fiestas en España, lo que ha no ha impedido que pese a las
prohibiciones veamos celebraciones festivas en plena calle sin distancia física
y sin mascarillas honrando al patrón o patrona de turno con un botellón, pese a
la suspensión de las fiestas. Todavía no logro comprender cómo se llega a eso sin
controles por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
El PIno atrae multitud de romeros en peregrinación
hacia la villa mariana, así que habrá que llamar a la reflexión de los
peregrinos para que sean responsables en el camino y la llegada a Teror pues
las suspensión de la fiesta no influirá en muchos romeros en su camino y sus
particulares promesas con la Virgen.
Ahora más que nunca, responsabilidad y sentido común o
todas estas fiestas suspendidas pero celebradas de aquella manera traerán
consecuencias en el corto y medio plazo.
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