Se acaba octubre en unos días y no termina de llegar ese ansiado otoño con sus lluvias y el frío. Ya empiezo a estar harto de estas temperaturas, de este verano tardío que no acaba de marcharse y no ayuda ni en el trabajo ni en las tardes de ocio. Ya no podemos fiarnos del calendario y las estaciones, lo cual es un incordio en un mundo tan planificado donde la ropa de temporada, al margen de las temperaturas, ya se expone en los escaparates; donde la navidad está a punto de llegar sin avisar al termómetro y donde las playas están vacías pese al calor.
Se acaba octubre para dejar paso a la fiesta de todos los santos (Día de difuntos), día del santoral para recordar a nuestros seres fallecidos aunque dicha circunstancia se confunda con terrores venidos de otras tierras acompañados de un marketing global.
No hay comentarios:
Publicar un comentario