Era el 15 de octubre de 2011 cuando inserté la primera
entrada en este blog, sin saber nada de bitácoras. Después de varios años con
una intensa actividad diaria trabajando en el sindicalismo activo, tan
denostado actualmente tanto por desconocimiento como por errores propios del
movimiento sindical, temía que la vuelta al horario normal de trabajo me dejara
demasiado tiempo libre, así que me vino la idea de crear un blog con el único
objetivo de aprender, escribir reflexiones y relatos propios o temas que
considero de interés para mí y quienes estimen acercarse a leerlo.
Después de poco más de un año la experiencia ha sida
gratificante puesto que la escritura es de las mejores técnicas para la
relajación y el encuentro con uno mismo y, de hecho, me ha acompañado desde la
infancia, conjuntamente con la lectura, pues van de la mano. Recuerdo con
nostalgia aquellos encuentros en plena adolescencia con un compañero de clase
donde exponíamos y hacíamos balance de nuestros incipientes poemas y nuestros
sueños de grandeza; incluso en nuestra inocencia escribimos un libro conjunto
que llevamos a la editorial Planeta que muy amablemente nos recogió y supongo
que después de una lectura curiosa iría al archivo de los olvidos.
El blog ha sido un encuentro de nuevo con el mundo de la
lectura que durante años estuvo más enfrascado a temas técnicos del propio
trabajo y no a la lectura de esparcimiento, un reencuentro con la escritura de
reflexión…escribir es una pasión de amateur que da rienda suelta a través de
pequeñas entradas en esta bitácora. Como decía el autor de “El paciente inglés”,
Michael Ondaatje, “la alegría de escribir es que uno puede descubrirse a sí
mismo”.
No persigo tener muchas entradas, aunque las 3.800
aproximadamente en un año son suficientes para mi pequeño ego y me animan a
seguir escribiendo para que lectores de lugares tan distantes como Rusia,
Estados Unidos, Iberoamérica, Alemania o la propia España puedan seguir leyendo
lo que escribo.
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