La fábula del "Amo de los Monos"
(Parábola china Siglo XIV atribuida a Liu Ji)
"En el estado feudal de Chu, un viejo vivía de tener monos a su servicio. Las gentes los llamaban "ju gong": el Amo de los Monos.
Todas las mañanas el viejo reunía a todos los monos en su patio y ordenaba al más viejo que condujera a los demás a la montaña a recoger fruta de los árboles y matas. La regla era que cada mono tenía que darle al viejo la décima parte de lo que recogiera. Los que no lo hacían eran brutalmente azotados. Todos los monos sufrían amargamente, pero no se atrevían a protestar.
Un día, un monito les preguntó a los otros: "¿Fue el viejo quién sembró los árboles y las matas?" Los otros le respondieron: "No, brotaron solos."
"En el estado feudal de Chu, un viejo vivía de tener monos a su servicio. Las gentes los llamaban "ju gong": el Amo de los Monos.
Todas las mañanas el viejo reunía a todos los monos en su patio y ordenaba al más viejo que condujera a los demás a la montaña a recoger fruta de los árboles y matas. La regla era que cada mono tenía que darle al viejo la décima parte de lo que recogiera. Los que no lo hacían eran brutalmente azotados. Todos los monos sufrían amargamente, pero no se atrevían a protestar.
Un día, un monito les preguntó a los otros: "¿Fue el viejo quién sembró los árboles y las matas?" Los otros le respondieron: "No, brotaron solos."
El monito les dirigió otra
pregunta: "¿No podemos nosotros coger la fruta sin permiso del
viejo?" Los otros replicaron: "Sí, todos podemos hacerlo." El
monito siguió: "Entonces, ¿por qué tenemos que depender del viejo? ¿Por
qué tenemos que servirlo?"
Antes que el monito hubiera terminado su discurso todos los monos de pronto se sintieron iluminados, y despertaron.
Antes que el monito hubiera terminado su discurso todos los monos de pronto se sintieron iluminados, y despertaron.
Esa misma noche, al observar que el viejo se había quedado dormido, los monos rompieron las barreras del vallado donde se hallaban encerrados, y destruyeron el recinto por completo. También se apropiaron de cuanta fruta el viejo tenía guardada y se la llevaron al bosque, y nunca más volvieron. Al fin el viejo murió de inanición.
Yu-Li-Zi dice: "Algunos
hombres en el mundo gobiernan a su pueblo mediante tretas y no por principios
rectos. ¿No son éstos iguales al amo de los monos? La gente no se ha dado
cuenta de su embrutecimiento. Apenas se les ilumine el conocimiento, las tretas
dejarán de funcionar."