A ver si el sol y las nubes dejan de jugar al escondite entre ellos porque ese "corre que te pillo" contínuo hace que los que estamos pegados al suelo no sepamos a qué atenernos en este otoño desconcertante donde la calima, el solajero, la llovizna o el aire fresco se mezclan a su libre albedrío haciendo que la duda ante el armario sea infinita o nos acompañermos de una mochila llena de "por si acaso".
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