Se nos va junio con dolor de cabeza electoral y con todas
las entidades locales y autonómicas además del Gobierno de España ya
constituidas por quienes van a ser las personas que van a gobernar el destino
de una ciudadanía cada vez más dubitativa respecto a la política, tanto en el
plano cercano de lo local como en la coyuntura estatal a un mayor nivel. Nunca
llueve a gusto de todos pero ya el pescado está vendido (con permiso de los
animalistas) o esta misa está dicha (con permiso de los ateos).
Ahora toca esperar otros cuatro años siempre con el espíritu
de la moción de censura sobrevolando las bancadas para renovar o cambiar según
la experiencia. Los pactos solucionan la gobernabilidad pero esos mismos pactos
por la lógica de las diferentes sensibilidades nos darán también que hablar al
respecto de los mismos. Alea iacta est
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