Draghi ha hablado…y se hizo la luz. Jamás tan pocas palabras valieron tanto dinero. Una muestra más del poder de los mercados y el dinero respecto a los políticos que son meros ejecutores de las decisiones de otros. Ello nos debería hacer reflexionar sobre nuestro destino como país. Si nuestra clase política no decide para qué entonces un proceso electoral donde sólo nos jugamos quién va a llevarse la buena vida a costa de nuestros impuestos y recortes.
Europa debe hacer análisis de esta crisis y decidir de una puñetera vez qué es lo que quiere, porque no se puede estar en el camino de una Europa unida toda una vida donde la meta es un aliciente que se persigue sin entusiasmo y, por supuesto, sin convencimiento. Si el poder legislativo es el que legisla y establece las leyes de convivencia no se entiende que sea el poder económico (que no forma parte de los tres poderes básicos de cualquier estado de derecho, al menos en teoría) el que dictamine las decisiones a tomar. No consigo entender como las calificaciones de las agencias internacionales pueden influir tanto en la economía europea, cuando nadie les ha pedido esos informes y además es de general conocimiento los intereses partidistas de las mismas. ¿Por qué no crea Europa su propia agencia de calificación en el entorno del Banco Central Europeo?
Aunque Draghi haya dicho que estará al frente de la defensa del euro, yo seguiré jodido con los recortes que Rajoy me hace sufrir un viernes si y otro también.
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