martes, 30 de septiembre de 2014

Reflexión: La contaminación del hombre

He visto este video en youtube sobre la contaminación de la tierra por el hombre y que condensa muy bien nuestras tropelias.
Contaminación del mundo animado
 http://youtu.be/bR2X6sqsAiY




domingo, 28 de septiembre de 2014

Paseo por los Tilos de Moya

 

         La cama se me hace inmensa frente a los ojos que no se cierran en la alborada de este último domingo de septiembre así que me levanto y dejo que el agua fría de la ducha lave las pesadillas de la noche. El día todavía está clareando cuando enfilo con el coche por la autopista sin rumbo conocido y cerca de las nueve ya estaba pateando el reducto de la Selva de Doramas en los Tiles de Moya. Unas zapatillas que siempre llevo en el coche, una gorra, una botella de agua y la cámara de fotos son mi única compañía a esa hora.
         El trayecto de baja dificultad invita al paseo y al sosiego, al camino sin prisas para guardar en la retina los detalles de la naturaleza y contemplar la realidad actual de lo que fue una gran masa forestal. Sólo los pájaros con su canto me recuerdan que se me han adelantado al despertar y eso junto con mis pasos sobre la hojarasca es lo único que rompe el silencio del lugar.
         El camino está bien señalizado y se hace fácil para una mañana de domingo en la que no estaba previsto el senderismo, sin más impedimentos que las arañas que han tejido su tela en la noche entre arboledas que bordean el sendero dejando como trampas para este caminante que se enreda suavemente en ellas al paso.
         Es un sendero ideal para hacerlo a estas horas de la mañana en que todavía no ha sido tomado por el tráfico humano y, de hecho, tiempo después ya me encuentro a los primeros senderistas, justo cuando el final del camino se acerca para devolverme a la ciudad.
         Los eucaliptos de otros tiempos me acompañan en el último tramo para despedirse hasta una próxima cita y atrás dejé un pequeño tiempo para pensar a solas sobre lo humano y lo divino, para sentir el abrazo de una brisa entre tiles y laureles, para dejar que mis pasos siguieran solos un camino de hojarasca seca por las temperaturas del estío y para huir de una rutina de domingo.
               


lunes, 22 de septiembre de 2014

Silencios


 

 

        Olas diminutas son mecidas y arrastradas hacia la orilla por una suave marea dejando tras de sí un tintineo casi imperceptible como una piscina que rebosa despacio. El silencio sólo es roto por el vuelo de una avioneta que despega desde un aeródromo cercano.
         Siempre me ha sobrecogido la soledad y el silencio que asoma esa ventana al infinito de un mar en calma que se pierde en el horizonte de nuestra vista. Son de esos silencios que emocionan, que despiertan las palabras mudas en la garganta y que disparan fotogramas visuales sin objetivo. Silencios que hablan a gritos que sólo oímos en nuestro interior.
         Agua con agua…sal con sal.

Las dificultades...



sábado, 13 de septiembre de 2014

Reflexión: Carta de un padre a su hijo

 
         El otro día me enviaron esta carta de un padre a su hijo. Desnonozco el autor de la misma, así que pido disculpas por ello, pero la reproduzco porque me parece una buena reflexión.
 
oooOooo
 
 


Amado hijo:

 
El día que este viejo ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme. Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, tenme paciencia. Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobre cómo termina no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.

Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y comprende que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuántas veces cuando niño te ayudé y estuve pacientemente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.

No me reproches porque no quiera bañarme, no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo.

 
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.

Acuérdate que fui yo quien te enseñó tantas cosas: comer, vestirte y como enfrentar la vida tan bien como lo haces…son producto de mi esfuerzo y perseverancia.

Cuando, en algún momento, mientras conversamos me llegue a olvidar de qué estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde y si no puedo hacerlo no te impacientes; tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento.

 
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuánto puedo y cuándo no debo; también comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para morder ni gusto para sentir.


Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para andar…dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernitas.

Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y sólo quiero morir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuánto te ame. Trata de comprender que ya no vivo sino sobrevivo y eso no es vivir.

Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que con este paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo pero siempre contigo.

No te sientas triste, enojado o impotente por verme así. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir.

De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.

 
Atentamente

Tu viejo



sábado, 6 de septiembre de 2014

Teror 2014

 

         Septiembre heredó de su antecesor los calores del estío y las mareas se agrandan tierra adentro como queriendo alcanzar con sus brazos el interior de la isla donde la Virgen del Pino aguarda a los isleños en estos días de fiestas que son la recta final de los festejos que jalonan el verano.
         La tradición y la fe se entremezclan en estos días donde miles de romeros inician su particular caminata hacia Teror buscando los motivos que sólo la creencia entiende o simplemente cumplir con una costumbre centenaria de generaciones de canarios. En cualquier caso, el final siempre es el mismo: visita a la Virgen y luego a comer el clásico bocadillo de chorizo.
         Lejos de aglomeraciones de los días principales me aventuro a hacer el camino desde Arucas y en sábado con la compañía de un amigo para que la soledad sea acompañada por una conversación sobre lo humano y lo divino pero sin el agobio de cientos de peregrinos a nuestro lado.
         Empieza la caminata en Arucas sobre las seis y media de la mañana y a paso firme y regular avanzamos siguiendo las curvas sinuosas de la carretera procurando en lo posible acortar por caminos secundarios y senderos que nos facilite el esfuerzo.  Alternando diálogos y silencios llegamos a la villa mariana a dos horas del inicio y tras la pertinente visita a la patrona reponemos fuerzas con un buen desayuno.
         Un año más…la tradición debe perpetuarse en generaciones…y el camino debe andarse como cada cual quiera porque es una buena manera de encontrarnos con nosotros mismos.