Los susurros en la noche nos delatan,
Palabras de amor que vuelan sobre el mar
Mientras sucumben las pasiones que desatan
El baile de los cuerpos a la par.
Los senderos sinuosos que camino
Por valles de montañas blancas,
Bosques de tono rojizo que el desatino
Me hacen recorrer al alba.
Me pierdo en la noche de los deseos
Frente a la luces de dos faros vigilantes,
Acelerando el paso cuando veo
La cadencia de los dedos errantes.
El ritmo del silencio que acompaña
La vida en movimientos cortos,
Agitación de almas que entraña
El éxtasis de los sueños locos.
Confluyen en el aire cuatro pupilas
Formando con sus iris un círculo cerrado;
Manos entrelazadas, pieles vencidas,
La meta es un paraíso soñado.
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