Verdad es
Cada día
me acerco más a mi
esqueleto.
Se está asomando con
razón.
Lo metí en buenas y
en feas sin preguntarle nada,
él siempre
preguntándome, sin ver
cómo era la dicha o
la desdicha,
sin quejarse, sin
distancias efímeras
de mí.
Ahora que otea casi
el aire alrededor,
qué pensará la
clavícula rota,
joya espléndida,
rodillas
que arrastré sobre
piedras
entre perdones
falsos, etcétera.
Esqueleto saqueado,
pronto
no estorbará tu
vista ninguna veleidad.
Aguantarás el
universo desnudo
Pueden leer más sobre el poeta Juan Gelman en el extenso reportaje de El Pais
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