De
nuevo las caretas y los disfraces en nuestras vidas, como si hiciera falta
marcar una época del año para ello. La política y la economía nos muestran
numerosos ejemplos de travestismo político e ideológico, de promesas que se
tornan mentiras, de verdades que se transforman en dudas, de brotes verdes que
se quedan en grises musgos…
El lobo que se viste de cordero para
perpetuar el engaño es un disfraz recurrente a lo largo de la historia.
Seguimos dejándonos engañar cada cuatro años pese a que asoma las orejas el
lobo, a pesar de los ojos que se vislumbran tras el antifaz y la persona que se
intuye detrás de la careta y luego nos quejamos de nuestra propia decisión.
Siempre nos quedará las Carnestolendas
para diversión del pueblo y que enmascara el devenir de los tiempos actuales
entre los sonidos de la música y la efervescencia del alcohol dejando que las
risas y el humor nos entretenga en unas fiestas que ni siquiera son de nuestra
propiedad porque también pertenecen a quienes ostentan el poder que decide
sobre todos aquellos aspectos que inciden en nuestras vidas.
Así todo, a gozar del Carnaval por
unas semanas, que luego los mismos que organizan “nuestro” disfrute vendrán de
nuevo a seguir organizando nuestras vidas según “su” disfrute.
Que Baco y Eros os acompañe...pero volved ebrios de fuerza para continuar diciendo no a quienes pretenden la involución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario