Empieza hoy, 20 de marzo, la primavera en el Día Internacional
de la Felicidad y como antesala del Día de la Poesía que se celebra mañana. Un
buen trío: primavera, Felicidad y Poesía.
En cuanto a la estación que
anuncian unos grandes almacenes antes que el calendario, todavía está esperando
en la puerta a que el invierno deje los aposentos libres para apagar la
chimenea, airear la estancia y empezar a colocar flores aquí y allá de forma
que pueda verse radiante la estancia.
La cuestión
de la felicidad es un asunto más complejo. Dicen los estudios que en un
porcentaje de un 40% depende de nosotros y el resto es influencia exterior.
Visto así, tenemos casi la mitad del camino andado siendo positivos. Los
factores externos generales no ayudan mucho a ello si vamos a ser sinceros a la
visión circundante y los externos más cercanos a nosotros dependen de cada uno.
La felicidad es un camino no un fin y en base a ello debemos explotar al máximo
ese porcentaje nuestro porque con una mirada inocente y positiva de lo que
acontece a nuestro alrededor podemos rascar unos cuantos puntos porcentuales de
forma que podamos estar por encima de la media.
Por su
parte, la poesía tiene en su vertiente bucólica una relación íntima con los dos
conceptos anteriores. La poesía es indispensable desde mi punto de vista en
nuestras vidas. Leer o escribir poesía nos conecta con la esencia del ser
humano y con un amplio abanico de realidades y sentimientos según nuestro
estado de ánimo. Recomiendo un libro de poesía siempre a mano que nos sirva de
oasis en la vida cotidiana donde descansar en el remanso de unos versos.
En el ánimo
de que el colorido y la luz de la primavera inunde por fin nuestras vidas
ayudándonos a encontrar nuestra propia felicidad que es diferente en cada uno,
tanto en la forma de encontrarla como en el propio concepto, les invito a que
mañana lean alguna poesía en voz alta para que su eco permanezca para siempre.
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