miércoles, 18 de marzo de 2015

Reflexionar con...Hermann Hesse




Sobre el amor a sí mismo
El hombre no es capaz de amar nada de la forma en que se ama a sí mismo. El hombre no puede temer nada en la medida que se teme a sí mismo. Junto a las otras mitologías, mandamientos y religiones del hombre primitivo, nació también este extraño sistema invertido y falaz según el cual el amor del individuo a sí mismo, que es la base del amor, es ilícito y pecaminoso, y el hombre tuvo que disimularlo, ocultarlo y enmascararlo.
 Amar a otro se consideró mejor, más ético, más noble que amarse a sí mismo. Y como quiera que el amor propio era el impulso primigenio y el amor al prójimo nunca podía prender al margen del primero, se inventó un amor a sí mismo enmascarado, sublimado, estilizado en una especie de amor al prójimo en reciprocidad.
Así se hizo de la familia, la tribu, la aldea, la comunidad religiosa, el pueblo y la nación algo sagrado.


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