Es importante saber qué es correcto y qué no lo es, por supuesto. Sin embargo, los errores de juicio personales pueden corregirse en la mayoría de los casos. Si uno tiene la valentía de reconocer su error, las cosas, generalmente, se pueden arreglar. Pero la estrechez de miras y la intolerancia de la gente sin imaginación son igual que los parásitos. Provocan cambios en el cuerpo que les acoge y, mudando de forma, se repoducen hasta el infinito.
sábado, 24 de junio de 2017
Frases: Haruki Murakami
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario