Y es que el tiempo va acorde con nuestra percepción de la realidad. En cualquier caso, no tenemos en cuenta su carácter finito salvo cuando ya es tarde para recuperarlo. Debemos pensar que el pasado es irreversible y el futuro impredecible, ambos escapan a nuestro control y sólo el tiempo presente podemos manejarlo a nuestro antojo decidiendo sobre el valor que queramos darle.
Que no tengamos que decir lo que expresaba Walt Whitman con estas palabras:
"Coged las rosas mientras podáis,
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta..."
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