miércoles, 22 de junio de 2016

El agua de mi niñez

 
  
Días pasados estuve en Arucas en el marco de la presentación del Portal del Archivo de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas, el cual recomiendo por su interés patrimonial e histórico, y en consonancia con la temática del acto me vinieron a la mente recuerdos de la niñez donde el agua era nexo común.
Las cantoneras como distribuidoras de agua en una red de acequias y los estanques como depósitos de tan preciado líquido eran una constante en un contexto donde la tierra de labranza era un paisaje frecuente, pues todavía la ciudad no había secado con edificaciones en su pujante expansionismo las huertas circundantes a la ciudad ni la ilusión de mejores trabajos había calado todavía entre los agricultores de los campos que rodeaban Telde.
Viviendo frente a explanadas de cultivos en el horizonte y junto a una de las grandes fincas del barrio de El Calero, era comprensible que el agua era un elemento de juego. Todavía puedo recordar las sensaciones infantiles que en mí producían la espera de esa primera agua que venía por la acequia, el roce de mi mano y su peculiar ballet en los remolinos del agua o el correr tras un barco de papel que se deslizaba majestuoso con la corriente hasta perderse en alguno de los túneles donde la acequia se escondía.

 
 
 
 
 
Y si éstas secaban su manantial por acabar las “horas” de riego, siempre se podía trasladar la ilusión a la cantonera donde el agua en reposo dejaba a la vista ranas, renacuajos y toda clase de insectos que convertían el ecosistema cantonero en un universo de estudio para una mente precaria y curiosa.
La hora del riego de los cultivos era también una aventura, ver cómo el agua se iba abriendo camino surco a surco, empapando la tierra a su paso, y siendo moldeada por el sacho y una mano sabia hasta completar el regadío de todos los celemines del plantío. Sin olvidarnos de los días calurosos donde el baño, en aquel momento exento de peligro, era casi obligado en el estanque como piscina particular.
El agua, omnipresente en esta tierra, quizás porque no siempre ha sido un bien generoso que se nos haya dado y que siempre ha sido un elemento de poder por escaso, pero esa es otra historia y ahora sólo quería recordar el agua que viví.
 
Nota:
Cantonera (Gran Canaria): En un sistema de riego, casilla o depósito para recibir agua y distribuirla entre sus propietarios (Academia Canaria de la Lengua)
Acequia: zanja o canal por donde se conducen las aguas para regar y para otros fines (RAE)
Surco: Hendidura que se hace en la tierra con el arado.





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