viernes, 5 de julio de 2019

Reflexión de viernes


Una vez pasado un tiempo prudencial toca reflexionar sobre el concepto de democracia que tenemos porque la visión de las plazas de nuestros pueblos a lo ancho de España y las declaraciones de quienes se dicen políticos nos ofrece una visión borrosa de una asignatura democrática en la que necesitamos mejorar como dirían en un colegio de primaria.

Cierto que como sistema de gobierno no es la panacea de los pueblos libres pero es el ideal entre las formas posibles de administración política. La democracia por definición es el gobierno del pueblo, ejercido mediante el voto en sufragio universal a través de las citas electorales. Dicho esto, sólo cabe la aceptación de las urnas soberanas y los posteriores pactos electorales por estar todo ello dentro de la legalidad vigente. Diferenciemos esas consecuencias de las elecciones de nuestros deseos porque sólo así podremos exaltar un término como la democracia.

Igual de cierto es que el voto se devalúa en ocasiones con los pactos posteriores y que lo acontecido en un ayuntamiento puede influir en la conformación de gobierno de una autonomía e incluso del gobierno estatal pero entonces tendremos que gestionar desde la normativa el que ello no suceda o atenuar esas casuísticas mediante los mecanismos que se consideren.

Me chirria algunos resultados, me dan rabia algunos pactos, siento vergüenza de algunas declaraciones…pero sólo podré dar rienda suelta a mi reacción en las próximas elecciones cuando deposite mi voto de nuevo en la urna porque todo lo demás es un brindis al sol. Quejarse de algo legal aunque no te guste es un acto sin sentido. Luchar para que la legalidad se adapte a los tiempos presentes quizás sea un objetivo más lógico.

Abramos el debate de las segundas vueltas en los procesos electorales o de las exigencias de compromiso democrático para presentarse a una cita electoral, aunque me temo que seguiremos como hasta ahora votando democráticamente cada cuatro años y quejándonos posteriormente si el resultado final no coincide con nuestras aspiraciones. Así nos va.




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