Semanas atrás aparecía en la prensa una noticia relativa a
una isla noruega de nombre Sonmmar que acordaba por decisión de sus 300 vecinos
eliminar el tiempo, pues no tenía sentido los relojes y los horarios en un
lugar que vive días interminables de luz solar o noches infinitas.
Lo que puede parecer una utopía es perfectamente realizable
en un entorno geográfico y humano pequeño como Sommar pero más complicado por no
decir imposible fuera de ese contexto. Pero sí que podemos hacer guiños al
tiempo que pueden ser beneficiosos para nuestra salud física y mental como
dejar un día el móvil en casa o pasar un fin de semana sin relojes ni horarios.
Son retos asumibles y fáciles de ejecutar con un mínimo de voluntad y
seguramente con ello descubriremos detalles que nos pasa inadvertidos en la
realidad diaria y quizás hasta veremos con diferente mirada a la gente que
tenemos a nuestra vera.
Somos esclavos por voluntad propia de la tecnología que guía
nuestro camino, pero con el bastón del poder sobre nosotros no con el valor de
ayudarnos en nuestro caminar. He ahí la diferencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario