Después de no sé cuántos procesos
electorales y del culebrón de investidura de un posible nuevo gobierno en
España sigo pensando, ahora con más razón que hace falta una refundación del
Estado con reformas estructurales. Este es un breve resumen sin desarrollar.
De entrada somos de los países con más
políticos en nómina, sin contar con los miles de asesores, que demuestran
enchufismo o que tenemos políticos ignorantes en sus tareas. Así que en la esfera estatal del Gobierno se hace
necesaria una reducción del aparato del estado con reducción drástica del Senado como cámara territorial que ha
demostrado su inoperancia en las condiciones actuales sustituyéndolo por un
Consejo Interterritorial, con otras funcionalidades, compuesto por un
representante por provincia elegido mediante sufragio universal como ahora y un
representante por Comunidad Autónoma elegido por la cámara autonómica.
Igualmente se deben eliminar la totalidad de asesores y cargos de confianza,
salvo contadas excepciones que deben estar reguladas. Esto último es válido
también para las Administraciones Locales.
En la Administración
Local además deberían eliminarse las diputaciones y los cabildos insulares
y su sustitución por un Consejo con representación de una persona por cada
provincia o isla pero sin aparato administrativo además de una potenciación de
las mancomunidades para la prestación de servicios comunitarios buscando una
economía de costes. Por otra parte, debe abrirse el debate y estudio de la suma
de municipios limítrofes para simplificar el mapa de municipios.
La segunda
vuelta en unas elecciones generales evitaría los desvaríos de una clase
política que no está a la altura de las circunstancias además de sortear una
aritmética parlamentaria cada vez más fraccionada y complicada de encajar con
las consiguientes repercusiones en la gobernabilidad del país.
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