Katharine Hepburn decía que "Cuanto más se envejece más se parece la tarta de cumpleaños a un desfile de antorchas" y es por eso que no pongo velas en mi tarta ni siquiera dos velas con dos números porque la edad numérica es algo relativo que localizamos en un guarismo al que vamos sumando unidades.
Cumplir años es algo más profundo, es el recordatorio de un paso más en el camino como esos postes que en la carretera te anuncia cada kilómetro recorrido.
El destino ya lo tenemos marcado y sabemos poco del camino, así que más que celebrar cada hito del mismo bien haríamos en celebrar el propio camino, cada paso, cada kilómetro porque la esencia de la vida reside en la propia existencia.
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