miércoles, 26 de febrero de 2020

Cuento anónimo árabe




Reflexión

Un grupo de comerciantes hablaba sobre el alcalde de la ciudad, que acababa de morir.
—Nunca hemos tenido un hombre tan corrupto y codicioso —dijo uno—. Si ha ido al paraíso, me divorciaré de mi joven y hermosa mujer y dejaré la ciudad.
—Dios actúa de forma misteriosa —dijo otro—. El alcalde puede perfectamente haber hecho borrón y cuenta nueva, y haber sido aceptado en el Paraíso.
—Nasrudín —dijo un tercero—, tú pretendes tener todas las respuestas. ¿El alcalde ha ido al cielo o el infierno?
Tras unos breves momentos de reflexión, el mulá contestó:
—Ningún hombre puede saber cómo toma el Todopoderoso esas decisiones. El alcalde puede estar sentado en el Paraíso mientras nosotros hablamos.
Los comerciantes asintieron y miraron con expectación al que había prometido abandonar la ciudad.
—Pero —continuó Nasrudín—, si Alá es lo bastante magnánimo para perdonar al alcalde por las atrocidades que cometió mientras vivía, sin duda perdonará unas pocas promesas precipitadas hechas aquí por nuestro amigo y le permitirá permanecer con su nueva esposa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario