Felicitaciones y condolencias
Como estoy ciego, no puedo ver la cara de una persona, y
debo juzgar su carácter por el sonido de su voz. En general, cuando oigo a
alguien felicitar a otro por su felicidad o su éxito, también oigo un tono de
envidia secreta. Cuando se expresa condolencia por la desgracia ajena, percibo
placer y satisfacción, como si el que se compadece estuviera en realidad
contento porque queda algo de lo que él puede aprovecharse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario