Este fin de
semana se entierra la sardina en Las Palmas de Gran Canaria como colofón a los
fastos del Carnaval y así se ha hecho y se hará en el resto de los pueblos de
la isla.
La parodia del cortejo fúnebre con sus viudas lloronas y exageraciones teatrales culmina con la quema de la sardina como icono simbólico de un renacimiento transformador después de dejar atrás en el fuego los desenfrenos de la fiesta y los excesos carnales.
A diferencia del Día de Difuntos donde la muerte tiene un papel relevante y domina la escena, en esta fiesta el diálogo con la muerte forma parte de la misma porque la tratamos de forma desenfadada e incluso llevamos las riendas de esa relación.
La parodia del cortejo fúnebre con sus viudas lloronas y exageraciones teatrales culmina con la quema de la sardina como icono simbólico de un renacimiento transformador después de dejar atrás en el fuego los desenfrenos de la fiesta y los excesos carnales.
A diferencia del Día de Difuntos donde la muerte tiene un papel relevante y domina la escena, en esta fiesta el diálogo con la muerte forma parte de la misma porque la tratamos de forma desenfadada e incluso llevamos las riendas de esa relación.
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