Precisamente el
alma es la que se pierde, porque es la que se fascina, la que se engaña, la que
sueña mil bellezas y superiores goces, la que aspira con sed insaciable a lo
que no posee y a hacer posible la imposibilidad, y a querer estar donde no
está, y a marchar siempre de esfera en esfera buscando horizontes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario