domingo, 22 de diciembre de 2013
miércoles, 18 de diciembre de 2013
martes, 17 de diciembre de 2013
Balance del blog y Felices Fiestas
Se acerca el fin de
año y toca hacer balance de la andadura de este blog desde su nacimiento un 15
de octubre de 2011. Han pasado unos 26 meses desde entonces con un total de 160 entradas y 9.032 visitas hasta la
fecha lo que nos da una media mensual
de 347 visitas de los internautas al
mes y 6 post publicados en el mismo
periodo.
Como dato curioso podemos decir que el
público que visita el blog es originario de cuatro países principalmente que se
distinguen del resto en número y que son, aparte de España, Estados Unidos, Rusia y Alemania.
En fecha reciente el blog se abre a la
red social Facebook con una página (Retazos de interior) donde se publican
las propias entradas de la bitácora. Los post también se publican en Google+.
Desde el propio blog tienes enlaces a estas redes e incluso puedes visualizar
los últimos tuits in situ.
Atravesamos tiempos de zozobra con una
realidad socioeconómica que nos atrapa, a veces, en sus redes virtuales, siendo
difícil permanecer indiferente a lo que sucede a nuestro alrededor. En estos
tiempos de fiesta navideña es mi deseo que encontremos en nosotros mismos la
fuerza necesaria para avanzar a pesar de las dificultades, tanto
circunstanciales como las personales que podamos tener cada uno, en el ánimo de
una convivencia festiva con nuestros amigos y familiares y en el afán de
impulsarnos en nuestros objetivos de cara al próximo año 2014 que confío en que
sea mejor, a ser posible, que este 2013 que muere lentamente ante los vítores
débiles de la ciudadanía.
Así pues, que la Nochebuena y la
Nochevieja se una en un puente de felicidad que se haga permanente hacia un año
nuevo. Nos seguiremos viendo en este blog Retazos de interior y
también en otras redes sociales como Twitter (@aurelioramas) o Google +.
lunes, 16 de diciembre de 2013
Belén tradicional de San Gregorio (Telde)
Un año más se expone al público el Belén de la Plaza de San Gregorio (Telde) que tradicionalmente desde hace muchos años se abre a todos los teldenses y visitantes mostrando el costumbrismo local y parte de nuestra historia.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Gracias hijo
Hoy voy a escribir desde el orgullo. Me
explico…desde el orgullo paterno, ese que se siente cuando ves que después de
muchos años puedes tomarte una pausa y decirte a ti mismo “mi trabajo está
hecho”. Han pasado muchos años desde el momento en que el corazón se me quedó
en un puño al ver por primera vez su cara y darte cuenta de la responsabilidad
que has asumido para toda la vida. Ahora, desde mi rol de asesor en las
múltiples facetas de la vida puedo escrutar la realidad con una objetividad más
allá del amor y desde esa perspectiva puedo dar las gracias por ser quien eres,
por ser como eres.
Me
viene a la mente un bello poema de Rudyard
Kipling cuyos dos últimos versos son toda una declaración de
intenciones.
Si...
Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor,
han perdido la suya y te culpan de ello.
Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti,
pero también dejas lugar a sus dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no te domina el odio
Y aun así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruirlo con herramientas maltrechas.
Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un solo lanzamiento;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones,
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido,
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "¡Resiste!".
Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
con sesenta segundos de lucha bravía...
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más: serás un hombre, hijo mío.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Contra la corrupción
Hoy, 9 de diciembre, es el Día Internacional contra la Corrupción, tal como así lo acordó la
Asamblea de las Naciones Unidas como medio de sensibilización contra esta lacra
social. En España sólo nos hemos sensibilizado la ciudadanía porque sólo hay
que echar un vistazo a cualquier periódico no afecto al régimen y cualquier día
para observar cómo la corrupción lejos de amainar en este país con tradición de
picaresca parece que resurge como ave fénix en los últimos tiempos.
Además lo hace con un sentido equilibrado de la justicia al
abarcar todos los sectores de la sociedad: organizaciones políticas,
empresariales y sindicales; familia real, iglesia… Ello hace que la percepción
de la corrupción se manifieste de forma más fehaciente por la ciudadanía como
así lo atestigua el último informe de la ONG Transparencia Internacional que
baja a España del puesto 30 al 40 en
tan sólo un año.
Leía el otro día en “El País” que el año pasado hubieron en
este país unas 90 sentencias por corrupción frente a las 3.ooo de Polonia, que
está situada sólo un puesto por encima de España. Resulta un dato revelador.
Además las sentencias no suelen ser muy ejemplarizantes por lo general y hasta
se adornan con vítores y agasajos a las personas condenadas por parte de sus
fieles con lo que no ayuda precisamente a una desafección social del asunto,
máxime cuando la Ley de Transparencia no está siendo la panacea que se esperaba
para combatir el fenómeno de la corrupción en todos los estamentos políticos y
administrativos del Estado.
Este país está enfermo de un mal que ningún médico se atreve
a medicar aun conociendo el diagnóstico y la medicación adecuada. Quizá la
explicación esté en una entrada anterior del blog Si Montesquieu nos viera
Nosotros los ciudadanos sólo podemos dar el castigo a los
corruptos cada cuatro años y generalmente el voto no representa su condición
negativa hacia nuestros representantes, viciado quizás en unas formas
rutinarias que sólo adornan la esfera del auténtico poder vedado a los que no
participan de la erótica del lujo y la buena vida.
Mientras tanto, seguimos teniendo la corrupción y el fraude
como segundo tema de preocupación por detrás del paro, y antes que los
problemas de índole económica y los políticos. Como pueden ver todos los
asuntos que nos quitan el sueño están íntimamente relacionados entre sí.
viernes, 6 de diciembre de 2013
martes, 3 de diciembre de 2013
Reflexionar con...Marc E. Boillat de Corgemont Sartorio
La muerte de Akela
Akela era un perro sano y fuerte. Pero esto no es todo,
ya que era un perro especial y muy conocido por una rarísima particularidad:
era supe inteligente. Un día, viendo que tanto Akela como su dueño habían
desaparecido, los amigos de éste último decidieron ir a su casa para ver que
había pasado. Subieron todas las escaleras que llevaban al último piso donde
vivían Akela y su amo. Con sorpresa, encontraron al dueño de Akela en un estado
depresivo piadoso. "¿Qué te pasa?" -preguntaron los amigos preocupados-
"es que... es que... ¡Akela se ha muerto!".
El dueño empezó
a llorar sin ni siquiera poder hablar. Por mucho que los amigos le preguntaran
cómo había pasado, él no podía articular frase a causa de su desesperación.
Sólo podía reiterar y hacer hincapié en la extraordinaria inteligencia de
Akela, en el hecho que seguramente no encontraría otro perro así y en que era
mucho más inteligente que muchos humanos y sólo le faltaba el habla.
Alguien preparó una
tila para que el consternado dueño se calmara. Al cabo de un largo rato el
pobre hombre estaba listo para resumir los hechos que habían llevado a Akela a
su fin. "Ya sabéis -dijo- en esta casa acostumbramos a tener las ventanas
cerradas, Un día me olvidé de cerrar una. En la calle había un perro que ladraba
y Akela le oyó. Saltó por la ventana y ...¡Pobre Akela...era tan
inteligente...!".
domingo, 1 de diciembre de 2013
sábado, 30 de noviembre de 2013
Si Montesquieu nos viera...
A estas alturas de la democracia, tal como la concebimos en
la actualidad, parece medianamente claro que Montesquieu, si bien es nombrado
como el teórico que estableció la separación de poderes, tenía razón en el
fondo cuando opinaba que la democracia sólo es posible en comunidades pequeñas
no siendo propicia pues para los estados modernos
En su obra “Del espíritu de las leyes” expone los tres poderes
y quienes deben ejercerlo y que en nuestro ordenamiento jurídico serían el
legislativo por parte de las Cortes Generales, el ejecutivo por parte del
Gobierno del Estado y el judicial por los Tribunales de Justicia. Conceptos
como, por ejemplo, mayoría absoluta y cuarto poder no eran conocidos en
aquellos tiempos.
El poder legislativo está intervenido por las posibles
mayorías absolutas en el juego democrático con lo que se establecen puentes
colgantes con el poder ejecutivo siendo el primero un títere en manos del
gobierno de turno. Además el gobierno del estado suele estar presionado o
influenciado, en función de ideologías y otros intereses, por grupos de
comunicación, sociales, económicos, religiosos… que a través de éste incide en
la génesis de leyes propicias para sus objetivos.
El poder judicial, en función de los mecanismos de
nombramiento, igualmente está influenciado por el poder ejecutivo, en la línea
de lo citado en el párrafo anterior, y a su vez por los medios de comunicación
que imparten justicia de forma paralela o establece mecanismos de presión
positiva o negativa a través de juicios paralelos en la palestra social.
Así pues, nos encontramos con tres poderes con posibilidad de
vasos comunicantes entre sí y con influencias externas que hacen que la teoría
del iluso Montesquieu se deshaga como azucarillo en agua.
Como despedida algunas frases suyas:
“Una cosa no es justa por el hecho de ser
ley. Debe ser ley porque es justa”
“Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco
a poco y sin notarlo”
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Carta anónima de una docente
Según el Diccionario de uso del español de María Moliner, privilegio
es la excepción de una obligación, o posibilidad de hacer o tener algo que a
los demás les está prohibido o vedado, que tiene una persona por una
circunstancia propia o por concesión de un superior. Por el contrario derecho
es la circunstancia de poder exigir una cosa porque es justa.
Soy
funcionaria, me dedico a la docencia y trabajo en un instituto de educación
secundaria en este país.Y no,yo no tengo privilegios. El sueldo que cobro es un
derecho que me gano honradamente con mi trabajo. Está regulado por un convenio
en el que participan y firman todas las partes interesadas. Es transparente,
cualquier ciudadano puede saber lo que cobro.
Hacienda conoce perfectamente mis ingresos, en mi declaración no cabe el fraude ni la picaresca. Mis ahorros, pocos, están en entidades bancarias completamente controladas por el estado y no en paraísos fiscales. Me levanto todas las mañanas a las seis y media para ir a trabajar. Cuando regreso estoy cansada, porque, aunque no lo parezca,este oficio es agotador. Diariamente doy cuenta de mi trabajo primero a mis alumnos y por supuesto a sus padres, luego a mi director y si es preciso al inspector de mi zona, porque yo sí tengo jefes.
Hacienda conoce perfectamente mis ingresos, en mi declaración no cabe el fraude ni la picaresca. Mis ahorros, pocos, están en entidades bancarias completamente controladas por el estado y no en paraísos fiscales. Me levanto todas las mañanas a las seis y media para ir a trabajar. Cuando regreso estoy cansada, porque, aunque no lo parezca,este oficio es agotador. Diariamente doy cuenta de mi trabajo primero a mis alumnos y por supuesto a sus padres, luego a mi director y si es preciso al inspector de mi zona, porque yo sí tengo jefes.
Obtuve mi puesto de trabajo aprobando una oposición, que por si
alguien no lo sabe, es una prueba muy dura, y no hubo “enchufismos” de ninguna clase.
Si tengo que ir a trabajar en coche, el vehículo es propio y pago la gasolina; yo no tengo coche oficial ni chófer. Si he de quedarme a comer, me pago la comida, yo no cobro dietas. El café y el almuerzo corren por mi cuenta, y hasta los bolígrafos rojos que gasto para corregir los ejercicios de mis alumnos, los compro con mi dinero. Los libros de texto y de lectura que necesito para trabajar, de momento nos los ceden, gratuitamente las editoriales, tampoco les cuestan un euro a la Administración.
No, yo no tengo privilegios. Alguien podría pensar que disfruto de un mes de vacaciones más que el resto de mortales, porque los alumnos están de vacaciones. Pero mi trabajo no sólo se desarrolla en las horas que imparto mi materia, cada hora de clase hay que prepararla para el grupo en cuestión, sobre unas programaciones que elaboramos previamente, y nada de eso se hace en el aula; después queda la revisión y el análisis y la tarea de corregir el trabajo de cada alumno; durante el curso escolar trabajo prácticamente todos los domingos, y cuando no trabajo en domingo es porque lo he hecho en sábado. Si cuentan todos estos días, verán que suman más de 31, que son los que tiene el mes de julio, en que, por cierto, los más de nosotros los dedicamos a formación y preparación de materiales para el nuevo curso.
Cuando llevo a mis alumnos de excursión o de viaje, les dedico las 24 horas, dejando a mis hijos y a mi familia. No, yo no tengo privilegios. Y sin embargo me siento privilegiada. Sí, me siento privilegiada porque considero que mi trabajo es muy importante y valioso y realizo un servicio social. Me siento privilegiada cuando veo crecer y madurar a mis alumnos, los veo superar sus dificultades y aprender, y yo estoy ahí ayudándoles, aunque solo sea un poquito. Me siento privilegiada cuando mis alumnos me saludan por la calle, casi siempre con una sonrisa y cuando hablo con sus padres con la cordialidad propia de quienes comparten objetivos. Me siento privilegiada cuando encuentro a antiguos alumnos y me hablan de sus vidas, de sus éxitos y sus proyectos. Y sobre todo me siento privilegiada porque trabajo rodeada de extraordinarios profesionales que se dejan la piel día a día para llevar a buen puerto esta nave que la Administración se empeña en hacer zozobrar.
Sí, estos son mis privilegios, pero puedo asegurarles que no le
cuestan ni un euro al contribuyente. Con todo, no crean que quiero ponerme medallas, nada más lejos. En el fondo me siento como el siervo inútil del Evangelio, al fin y al cabo solo cumplo con mis obligaciones. Pero es importante no confundir derechos con privilegios.
Los recortes en Sanidad y Educación, son recortes en derechos y no en privilegios. Que no os confundan. No veáis enemigos donde hay amigos, ni verdugos donde hay víctimas como vosotros.
Confundir es un arma del poder para camuflar al verdadero culpable.
Con todo lo que está cayendo sobre los docentes, lo que más me duele no es la pérdida de poder adquisitivo, sino el menoscabo moral al que se nos está sometiendo. Solo pido a la sociedad, respeto.
A los políticos, honestidad, porque muchos han olvidado el significado de esa palabra, si es que lo conocieron alguna vez. También les pido valentía, porque pisotear al débil es de cobardes. Los culpables de esta crisis son mucho más poderosos que nosotros y sí tienen privilegios, que lo paguen ellos.
lunes, 25 de noviembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
Martes cansino
Las ganas de escribir no son
muchas. Los dedos se hacen rogar frente a un teclado que no me inspira. No sé
si será este frío que empieza a colarse haciendo más presente este otoño
nostálgico y que invita a sentarse en el mullido sofá bajo una manta y con algo
de lectura o música mientras una taza de líquido humeante reposa a nuestro lado.
El fin de semana fue un carrusel
de emociones….de esas que no se pueden transmitir con simples palabras, de las
que sólo es posible intercambiar con una mirada siempre que la otra persona
tenga la misma clave. Los sentimientos son una cosa maravillosa porque no los
podemos controlar aunque queramos, sólo podemos sucumbir a ellos de forma
inteligente si queremos tener una mínima posibilidad de ganar la partida. No
voy a hablarles del fin de semana porque está ligado a mi yo interior aunque me
haya dejado una variable de sensaciones agridulces porque también los
sentimientos positivos tienen matices por causas añadidas.
Quizás esa resaca llegue a este
martes cansino que invita a la tranquilidad del hogar. Y pensar que en pocos
días ya estará el bullicio callejero fiel a su cita navideña en ese frenesí
consumista porque, no nos engañemos, quizás compremos menos, más barato y con
más ingenio por la crisis, pero seguiremos comprando como cada año. Me da grima
ver ya los preparativos navideños en los centros comerciales, como si quisieran
arrebatar más fechas de las que le corresponde en el calendario.
La crisis no ha pasado, pese a la
esperanza efímera de algunos y aunque se acabe el préstamo comunitario a la
banca española que, a diferencias de cualquiera de nosotros, no tendrá que
devolver todo el capital que se le ha dado. Lo he visto en los periódicos del
fin de semana que no había leído hasta ahora mismo. Es curioso. Te lees la
prensa de hoy y parece que no ha pasado el tiempo, como si los titulares en su
mayoría fueran de copiar y pegar. Nada cambia, todo permanece como en la
película “Atrapado en el tiempo”.
Así todo, la navidad está agazapada
a la vuelta de la esquina esperando su estelar aparición mientras este otoño
sigue jugando con la lluvia y el viento sin dejar que el frío entre de lleno
por las rendijas de las ventanas. De momento, yo me recuesto en mi sofá soñando
con hojas caídas y árboles de navidad y, entre medias, con los recuerdos que
dan calor a falta de chimenea.
martes, 12 de noviembre de 2013
Reflexionar con...Madre Teresa de Calcuta
Para comprender
Las personas son poco razonables, inconsecuentes y
egoístas,
AMALAS DE TODOS MODOS
Si haces el bien te acusarán de tener oscuros motivos egoístas,
HAZ EL BIEN, DE TODOS MODOS
Si tienes éxitos y ganas amigos falsos y enemigos verdaderos,
LUCHA DE TODOS MODOS
El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
HAZ EL BIEN, DE TODOS MODOS
La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable,
SE SINCERO Y FRANCO, DE TODOS MODOS
Lo que has tardado años en construir puede ser destruído en una noche,
CONSTRUYE, DE TODOS MODOS
Alguien que necesita ayuda de verdad puede atacarte si lo ayudas,
AYUDALO, DE TODOS MODOS
Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello,
DA AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES, DE TODOS MODOS
AMALAS DE TODOS MODOS
Si haces el bien te acusarán de tener oscuros motivos egoístas,
HAZ EL BIEN, DE TODOS MODOS
Si tienes éxitos y ganas amigos falsos y enemigos verdaderos,
LUCHA DE TODOS MODOS
El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
HAZ EL BIEN, DE TODOS MODOS
La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable,
SE SINCERO Y FRANCO, DE TODOS MODOS
Lo que has tardado años en construir puede ser destruído en una noche,
CONSTRUYE, DE TODOS MODOS
Alguien que necesita ayuda de verdad puede atacarte si lo ayudas,
AYUDALO, DE TODOS MODOS
Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello,
DA AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES, DE TODOS MODOS
martes, 5 de noviembre de 2013
La crisis agudiza el ingenio
La crisis agudiza el ingenio y también deja al aire nuestras
propias vergüenzas. La agenda de actos en todos los pueblos de mi isla de Gran
Canaria se multiplican cada fin de semana. Al margen de las fiestas locales
surgen ideas de ocio ligadas a la restauración y al consumo como las rutas de
tapas, las noches blancas, los fines de semana de actividades con nombres
evocadores, las jornadas de puertas abiertas, las ferias de saldos, etc.
Toda una oferta comercial y de ocio que nos invita a
participar en unas horas o jornadas de asueto colaborando con el comercio local
sin un excesivo desembolso económico.
Por su parte, las grandes superficies y áreas comerciales,
encadenan con diferentes y llamativos nombres una serie de ofertas y descuentos
durante todo el año y a precios competitivos.
Todo ello está muy bien y beneficia al usuario y/o consumidor
en general pero la pregunta lógica que se me viene a la cabeza es cómo no se
nos ofrecía a la ciudadanía todas esas ventajas económicas en el periodo previo
a la crisis. Si partimos de la base de que el que vende nunca pierde, es que
los márgenes de beneficio antes de la actual situación económica eran
desorbitados y ahora que vienen mal dadas pues se prefiere ganar menos para
poder ser más competitivos y subsistir.
Entiendo que la imaginación empresarial no es que haya
mejorado con el tiempo, sino que se ha agudizado cuando la crisis aprieta. El
lucro económico de antes por parte de la clase empresarial ha dejado paso a la
simple subsistencia y economía de crisis.
Así todo…a disfrutar que estamos en crisis. Perdonemos pero
no olvidemos.
miércoles, 30 de octubre de 2013
Reflexionar con... Rudyard Kipling
Elegí la vida
No quise
dormir sin sueños:
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
no desea nada más que sobrevivir cada día.
No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que se denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.
No quise vivir cansado:
y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosa compartida,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.
No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.
No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.
No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.
Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, como vivirla.
y elegí la ilusión que me despierta,
el horizonte que me espera,
el proyecto que me llena,
y no la vida vacía de quien no busca nada,
no desea nada más que sobrevivir cada día.
No quise vivir en la angustia:
y elegí la paz y la esperanza,
la luz,
el llanto que desahoga, que libera,
y no el que inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que se denuncia, la que se grita,
y no la que se murmura y no cambia nada.
No quise vivir cansado:
y elegí el descanso del amigo y del abrazo,
el camino sin prosa compartida,
y no parar nunca, no dormir nunca.
Elegí avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más lejos,
habiendo disfrutado del paisaje.
No quise huir:
y elegí mirar de frente,
levantar la cabeza,
y enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no por darme la vuelta volarían.
No pude olvidar mis fallos:
pero elegí perdonarme, quererme,
llevar con dignidad mis miserias
y descubrir mis dones;
y no vivir lamentándome
por aquello que no pude cambiar,
que me entristece, que me duele,
por el daño que hice y el que me hicieron.
Elegí aceptar el pasado.
No quise vivir solo:
y elegí la alegría de descubrir a otro,
de dar, de compartir,
y no el resentimiento sucio que encadena.
Elegí el amor.
Y hubo mil cosas que no elegí,
que me llegaron de pronto
y me transformaron la vida.
Cosas buenas y malas que no buscaba,
caminos por los que me perdí,
personas que vinieron y se fueron,
una vida que no esperaba.
Y elegí, al menos, como vivirla.
Elegí los sueños
para decorarla,
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.
No quise vivir muriendo:
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija...
...que moriré viviendo.
la esperanza para sostenerla,
la valentía para afrontarla.
No quise vivir muriendo:
y elegí la vida.
Así podré sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la elija...
...que moriré viviendo.
sábado, 26 de octubre de 2013
Efecto Yadey
Conoce a Yadey, un niño de 5 años con parálisis cerebral, y a su familia. Es un pequeño tremendamente vital que da infinitos momentos de felicidad a su entorno. Yadey es un niño con muchas capacidades que, como tantos otros, acude diariamente a un Colegio de Educación Especial de San Juan de Dios. Destaca por su alegría, su inteligencia y su afán de superación. Visita este vídeo y ayúdanos a romper barreras y a concienciar sobre las enormes capacidades de las personas con discapacidad. Gracias por su apoyo a Cajasiete, Efecto Pasillo por prestarnos su tema "Pan y mantequilla" y al Club Náutico Metropole. Pero, sobre todo, a los pequeños grandes luchadores y sus familias.
Presencia en otras redes sociales
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Me puedes encontrar también en otras
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martes, 22 de octubre de 2013
Obsolescencia programada
Podríamos definir la obsolescencia programada como la
programación de la vida útil de un producto o servicio de forma que tras un
periodo determinado previamente por el productor durante la fase de diseño del
mismo éste se vuelva inoperativo total o parcial. Aunque cuando hablamos de
este término pensamos en los electrodomésticos caseros, puede referirse a otros
bienes como podría ser una bombilla, un móvil o un medicamento, por ejemplo.
A quién no le ha pasado que en el transcurso de varios días
la nevera, la lavadora, la plancha y el microondas se ponen de acuerdo por no
se sabe qué motivo a inmolarse en un suicidio colectivo que nos deja además de huérfanos
tecnológicos con la cuenta corriente suspirando con la reposición de tan
deseados bienes, puesto que en la mayoría de los casos la reparación de la
parte es superior económicamente a la reposición del todo.
El objetivo está claro que es económico y ello incide en el
medio ambiente dentro de una economía global que no gestiona a posteriori la
enorme cantidad de productos ya obsoletos.
Yo añadiría la obsolescencia programada dirigida, cuando en
función de modas tecnológicas damos por finiquitada nuestra relación con
nuestro coche o con nuestro móvil, no porque hayan llegado al final de su vida
útil, sino porque existe un nuevo modelo en el mercado que ya se ha encargado
la publicidad y el marketing de vendernos su encanto oculto, por supuesto,
también con el periodo de vida predeterminado.
El tema es complejo. Pongamos por caso que los bienes duraran
el triple de lo que lo hacen actualmente. Entonces bajaría la producción con la
consiguiente influencia en el mercado laboral en un entorno económico
desfavorecido.
Parece mejor idea trasladar el término a otros ámbitos como
las instituciones políticas, organizaciones sindicales o empresariales donde la
vida política media de un parlamentario o de un gestor de cualquiera de estas
organizaciones es inversamente proporcional al estado del bienestar de
cualquier ciudadano medio.
lunes, 14 de octubre de 2013
Reflexionar con...Gabriel Celaya
Momentos felices
Cuando llueve y reviso mis papeles, y acabo
tirando todo al fuego: poemas incompletos,
pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
fotografías, besos guardados en un libro,
renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
y así atizo las llamas, y salto la fogata,
y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
¿no es la felicidad lo que me exalta?
Cuando salgo a la calle silbando alegremente
—el pitillo en los labios, el alma disponible—
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican la alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que se siente?
Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
y yo asisto al milagro —sé que todo es fiado—,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
y cuando sin medida bebemos y charlamos,
y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
y lo somos quizá burlando así la muerte,
¿no es la felicidad lo que trasciende?
Cuando me he despertado, permanezco tendido
con el balcón abierto. Y amanece: las aves
trinan su algarabía pagana lindamente:
y debo levantarme pero no me levanto;
y veo, boca arriba, reflejada en el techo
la ondulación del mar y el iris de su nácar,
y sigo allí tendido, y nada importa nada,
¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
¿No es la felicidad lo que amanece?
Cuando voy al mercado, miro los abridores
y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
los higos rezumantes, las ciruelas caídas
del árbol de la vida, con pecado sin duda
pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
regateo, consigo por fin una rebaja,
mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
y abre la vendedora sus ojos asombrados,
¿no es la felicidad lo que allí brota?
Cuando puedo decir: el día ha terminado.
Y con el día digo su trajín, su comercio,
la busca del dinero, la lucha de los muertos.
Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
sencillamente limpio y pese a todo, indemne,
¿no es la felicidad lo que me envuelve?
Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
«Estaba justamente pensando en ir a verte».
Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
sino de cómo van las cosas en Jordania,
de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
¿no es la felicidad lo que me vence?
Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarme en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?
tirando todo al fuego: poemas incompletos,
pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
fotografías, besos guardados en un libro,
renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
y así atizo las llamas, y salto la fogata,
y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
¿no es la felicidad lo que me exalta?
Cuando salgo a la calle silbando alegremente
—el pitillo en los labios, el alma disponible—
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican la alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que se siente?
Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
y yo asisto al milagro —sé que todo es fiado—,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
y cuando sin medida bebemos y charlamos,
y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
y lo somos quizá burlando así la muerte,
¿no es la felicidad lo que trasciende?
Cuando me he despertado, permanezco tendido
con el balcón abierto. Y amanece: las aves
trinan su algarabía pagana lindamente:
y debo levantarme pero no me levanto;
y veo, boca arriba, reflejada en el techo
la ondulación del mar y el iris de su nácar,
y sigo allí tendido, y nada importa nada,
¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
¿No es la felicidad lo que amanece?
Cuando voy al mercado, miro los abridores
y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
los higos rezumantes, las ciruelas caídas
del árbol de la vida, con pecado sin duda
pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
regateo, consigo por fin una rebaja,
mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
y abre la vendedora sus ojos asombrados,
¿no es la felicidad lo que allí brota?
Cuando puedo decir: el día ha terminado.
Y con el día digo su trajín, su comercio,
la busca del dinero, la lucha de los muertos.
Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
sencillamente limpio y pese a todo, indemne,
¿no es la felicidad lo que me envuelve?
Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
«Estaba justamente pensando en ir a verte».
Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
sino de cómo van las cosas en Jordania,
de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
¿no es la felicidad lo que me vence?
Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarme en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?
viernes, 4 de octubre de 2013
Reflexión de otoño
Ha llegado el otoño con este veranillo de San Miguel
escondido entre nubes que nos hace sufrir esta sofocante sensación de calor sin
sol de por medio. Se agradecería la lluvia que empape de nuevo esta tierra
canaria para tapizar de otoño nuestras medianías y poder disfrutarlas en todo
su esplendor, pero sólo han llegado esas cuatro gotas que te empapan si estás
mucho tiempo sin guarecerte pero que sólo ayudan a aumentar la calufa húmeda en
el ambiente.
Se interna octubre en el calendario con el tiempo en
transición hacia un cambio de horario y con la amenaza en el horizonte que nos
quiten a los canarios nuestra idiosincrasia de “una hora menos” tal como está
estudiando el Congreso siguiendo las pautas de una comisión de entendidos
(cobrando por ello supongo).
Tiempo de revueltas en esta estación que nos acerca a la
navidad donde a pesar de las mareas humanas: de la blanca a la verde…la gente
está cada vez más apática, trata simplemente de sobrevivir; al menos, es lo que
percibo en los entornos inmediatos que observo.
Es como una calma tensa que todo lo invade y en cuyo interior
anida cientos de martirios personales y tragedias colectivas, sin nombres para
el papel cuché porque tienen lugar en la intimidad de hogares anónimos. Es la
culminación de la la doctrina del shock en su esplendor.
lunes, 30 de septiembre de 2013
Relato: Naufrago en transición
Allí estaba él, moviendo los pies y manos para no hundirse en
la profundidad del océano que inmenso se extendía sobre lo que su vista podía
vislumbrar. No sabía a ciencia cierta cómo había llegado hasta ese recóndito
lugar, cómo había naufragado ahondando su historial marinero. No sabía cuánto
tiempo había pasado en aquella circunstancia, su noción del tiempo y el espacio
se acercaban a cero. Se sentía un naufrago en transición: toda una metáfora de
su vida.
Recordaba entonces aquel escrito que debía dormitar en algún
cajón perdido de su casa y que creía poder recitar casi con detalle:
“Eres un naufrago en
transición cuando naufragas de lo que era tu barco hasta ese instante y estás
en esas circunstancias de decepción del poco aguante de ese navío que has
construido tras largos años, cuando te das cuenta del verdadero conocimiento de
los marineros y marineras que iban contigo, cuando recuerdas los momentos de
soledad vividos en alta mar, cuando sientes el viento y la tempestad que te
azotaron en muchos momentos, las calmas espesas que no movían la embarcación o
los buenos instantes a bordo.
Te caes al agua. Un
golpe de mar te empuja hasta el fondo y cuando vuelves a la superficie oteas el
horizonte para ver como se aleja ese barco el que te enrolaste hace tantos años
y miras a tu alrededor para ver sólo agua, una inmensidad de agua que todo lo
abarca y te das cuenta que eres un naufrago que te apoyas en dos vidas
paralelas del pasado y el presente, en la proyección de los recuerdos de las
personas que quieres en la distancia presente y lejana.
Te sientes naufrago
pero sin la soledad que se le presupone, sin la angustia que deberías tener,
sin la sensación de pérdida, sin el sentimiento de rechazo a la vida…sabes que
un velero viene a tu encuentro, sabes que estás en un proceso de transición
hacia otro embarque, otro navío que te llevará a puerto seguro; un barco más
pequeño, con menos tropa, pero más ágil en la mar, más dócil en su manejo, más
sensible a los cambios de tiempo, más operativo en las tormentas…sabes a
ciencia cierta que ese velero siempre estuvo a la vera esperando el momento en
que yo subiera a proa.
Lo veo en el horizonte
que se acerca, siempre estuvo ahí, para acompañarme en la transición hacia
otras tierras más al sur, más cálidas y serenas, más acogedoras y fraternales
donde pueda descansar sin temor al naufragio porque sabe en su interior que
siempre será una circunstancia pasajera en tránsito”.
Y hete aquí que volvía a estar como ese naufrago en
transición del relato, sin velero a su encuentro en el horizonte temprano y con
la soledad de la noche que se acerca como única compañera. Tan sólo le mantiene
a flote la esperanza de encontrar una isla en el desierto de agua, un remanso
de tierra donde descansar porque quizás la mar no estaba hecha para un hombre
de tierra.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Fotos: Jardín Canario Tafira (Gran Canaria)
Estas son algunas fotos tomadas en el Jardín Canario de Tafira (Gran Canaria) el último día del verano. Puedes ver más en el tablero Jardín Canario de Pinterest
Reflexionar con...Gibran Khalil Gibran
Sobre
los hijos
Tus
hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas
viven en la casa de mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos
semejantes a ti
porque la vida no retrocede
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero
sea para la felicidad
Pues aunque Él ama
la flecha que vuela,
ama de igual modo al arco estable.
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas
viven en la casa de mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos
semejantes a ti
porque la vida no retrocede
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero
sea para la felicidad
Pues aunque Él ama
la flecha que vuela,
ama de igual modo al arco estable.
Gibran Khalil Gibran
martes, 17 de septiembre de 2013
Dicha Vs. Felicidad
Tengo una amiga que nunca utiliza la palabra “felicidad” y en
su lugar usa el vocablo “dicha”. Creo, aunque nunca se lo he preguntado, que
teme la palabra felicidad por el significado absoluto que le hemos dado a dicha
palabra en nuestras vidas. Si nos vamos a sus acepciones académicas resulta que
vienen a ser lo mismo y con un mismo origen del latín. Ahora bien, si dicha es
felicidad y ésta es el estado del ánimo que se complace en la posesión de un
bien, resulta que el primer concepto, aún siendo sinónimo, puede ser anterior
al segundo. Sea como fuere, está claro que no son una constante ni una meta.
La felicidad no es un estadio que
podamos alcanzar ni una meta a la que podamos llegar. Es un camino, un deseo,
una intención. La felicidad viene dada por los momentos en que percibimos esa
sensación de dicha. Es un estado de ánimo que depende de los sujetos que la
experimentan pues no hay un concepto uniforme para definirla; Inclusive podemos
encontrar felicidad en situaciones en la que somos infelices pues la dicha que
sentimos no está en nosotros mismos sino en aquellas personas en las que
queremos aunque ello conlleva nuestra propia desdicha.
Para Voltaire la felicidad era una
idea abstracta íntimamente relacionada con el placer y la dicha suponía la sucesión
de placeres continuados por lo que la ponía en un escalón más alto. Y para el
Budismo como explica Osho la felicidad depende de elementos exteriores que la
conforman y le dan su carácter de temporalidad mientras que la dicha es un
estado de paz interior y transcendental sin dependencia de estímulos externos.
En ambos casos parece que la dicha
está en un estadio superior de bienestar, así que debemos perseguir la dicha
como meta, que es el camino en sí mismo, pero sólo lo podemos hacer a través de
la felicidad de los momentos.
Seamos felices aprovechando el
momento que dura y persigamos la quimera de la dicha. Felices o dichosos…seamos
lo que queramos ser.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Reflexionar con...Walt Whitman
No dejes nunca de
soñar
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho de
expresarte que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de
tu vida
algo extraordinario…
algo extraordinario…
No dejes de creer que las palabras,
la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo…
sí pueden cambiar el mundo…
Somos seres, humanos, llenos de
pasión.
La vida es desierto y tambien es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.
La vida es desierto y tambien es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor error, el
silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes…
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no podemos remar en
contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no podemos remar en
contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que provoca tener
la vida por delante…
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
la vida por delante…
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
Piensa que en tí está el futuro, y en
enfrentar tu tarea con orgullo, impulso
y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte…
No permitas que la vida
te pase por encima
sin que la vivas…”
No permitas que la vida
te pase por encima
sin que la vivas…”
Walt
Whitman
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