viernes, 28 de noviembre de 2014

Reflexión: El amo de los monos

 
La fábula del "Amo de los Monos" (Parábola china Siglo XIV atribuida a Liu Ji)

           "En el estado feudal de Chu, un viejo vivía de tener monos a su servicio. Las gentes los llamaban "ju gong": el Amo de los Monos.

           Todas las mañanas el viejo reunía a todos los monos en su patio y ordenaba al más viejo que condujera a los demás a la montaña a recoger fruta de los árboles y matas. La regla era que cada mono tenía que darle al viejo la décima parte de lo que recogiera. Los que no lo hacían eran brutalmente azotados. Todos los monos sufrían amargamente, pero no se atrevían a protestar.
Un día, un monito les preguntó a los otros: "¿Fue el viejo quién sembró los árboles y las matas?" Los otros le respondieron: "No, brotaron solos."
            El monito les dirigió otra pregunta: "¿No podemos nosotros coger la fruta sin permiso del viejo?" Los otros replicaron: "Sí, todos podemos hacerlo." El monito siguió: "Entonces, ¿por qué tenemos que depender del viejo? ¿Por qué tenemos que servirlo?"
Antes que el monito hubiera terminado su discurso todos los monos de pronto se sintieron iluminados, y despertaron.

           Esa misma noche, al observar que el viejo se había quedado dormido, los monos rompieron las barreras del vallado donde se hallaban encerrados, y destruyeron el recinto por completo. También se apropiaron de cuanta fruta el viejo tenía guardada y se la llevaron al bosque, y nunca más volvieron. Al fin el viejo murió de inanición.
            Yu-Li-Zi dice: "Algunos hombres en el mundo gobiernan a su pueblo mediante tretas y no por principios rectos. ¿No son éstos iguales al amo de los monos? La gente no se ha dado cuenta de su embrutecimiento. Apenas se les ilumine el conocimiento, las tretas dejarán de funcionar."



lunes, 24 de noviembre de 2014

Lluvias de otoño

 

Las lluvias del otoño por fin se han dejado sentir por estos lares empapando la tierra tan necesitada de una Canarias seca en sus raíces. El cielo ha llorado durante días a merced de borrascas y tormentas que, quizás por ese cambio climático del que muchos hablan, nos visita cada vez más frecuentemente en los últimos años....y todavía no ha acabado pues ya para el jueves nos anuncian nuevos nubarrones en el horizonte.
En tanto, a paso lento y mojado, se ha instalado casi sin darnos cuenta la parafernalia navideña en nuestras calles y centros comerciales y si bien todavía es pronto para adornar los hogares con tal motivo, no podemos obviar ni queriéndolo las fiestas que se avecinan gracias a la publicidad cada vez más prematura y a las viandas que nos entra por los ojos cuando vamos a hacer la compra.
Y mientras la navidad se acerca al ritmo pausado y lluvioso de un otoño tardío el panorama concluyente de este año es sombrío merced a un estado del bienestar del que sólo queda el recuerdo en tiempo pasado y del hastío que nos merece unos gobernantes que no son merecedores de una confianza cada vez más quebradiza de la gente. No obstante, tampoco está este país para quimeras y alucinaciones de desierto porque la esperanza cuando nace de la desazón se torna peligrosa.
Echo en falta un acuerdo de mínimos de los principales partidos, sino de todos como sería deseable, en torno a un documento contra los efectos de una crisis que aunque global puede ser tratada en sus consecuencias de forma local con voluntad, buena gestión y sentido de la responsabilidad y la solidaridad....pero me temo que ya estoy entrando en los buenos deseos para pedir a los reyes magos.
La lluvia por venir lavará la conciencia de algunos, mojará las ilusiones de otros y hará correr calle abajo los deseos de buenaventura en el futuro; pero va llegando la Navidad y es hora del descanso para reposar la crisis a fuego lento y pensar y repensar en los que nos han llevado hasta aquí para poder actuar en un año nuevo con una razón nueva y con un planteamiento diferente.
 


Humor

 
 


lunes, 17 de noviembre de 2014

Reflexionar con...Jorge Luis Borges

 

Instantes
Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.


lunes, 10 de noviembre de 2014

Reflexión

 
 

Lanza lejos tus miedos, inseguridades, desesperanzas... y persigue tus sueños, y atrápalos antes de que se evaporen entre tus dudas

sábado, 8 de noviembre de 2014

Perlas de sabiduría: un cuento de Oriente

 

Había una vez en el lejano Oriente un hombre considerado muy sabio. Un joven viajero decidió visitarte para aprender de él.
-         Maestro, me gustaría saber cómo llegar a ser tan sabio como usted
-         Es realmente sencillo, - le dijo- yo sólo me dedico a descubrir perlas de sabiduría. ¿Ves aquel gran baúl de perlas?
-        
-         Son todas las que he acumulado durante mi vida
-         -Sí, pero…¿dónde puedo encontrarlas?
-         Están en todas partes. Es cuestión de aprender a discernirlas. La sabiduría siempre está preparada para quien esté dispuesto a tomarla. Es como una planta que nace dentro del hombre, evoluciona dentro de él, se nutre de otros hombres y da frutos que alimentan a otros hombres.
-         Ah, ya, ya…Lo que me está diciendo es que tengo que ir descubriendo lo que hay de sabio en cada persona para crear mi propia sabiduría y compartirla con los demás…
En aquel momento, las palabras de aquel joven parecía como si se fueran formando una pequeña nube de vapor de agua que se condensaba hasta solidificarse en un pequeña perla. Inmediatamente el maestro la recogió para ponerla junto al resto de perlas.
El maestro le dijo:
-         Realmente, mi única sabiduría es recopilar estas perlas para después saber utilizarlas en el momento oportuno.


lunes, 3 de noviembre de 2014

Cementerio de Vegueta: arquitectura funeraria

       Aprovechando el fin de semana y que se celebraba el Día de Difuntos aproveché para visitar algunos cementerios de Telde y Las Palmas de Gran Canaria y sorprende entre ellos el de Vegueta que puedes ver en el siguiente documental. La unidad de Patrimonio del Cabildo ha elaborado una Guía