domingo, 31 de diciembre de 2017

Reflexionar con...Alejandro Dolina

Poco cuesta imaginar cuál será el fin de esta lucha entre olvido y memoria.
Los Hombres Sensibles de Flores están derrotados. De nada les valdrá oponerse a la muerte, porque la muerte llegará de todos modos.
De nada servirá su pasión por la memoria, pues toda memoria es perecedera. Y -en definitiva- el tiempo es el mejor aliado de los Amigos del Olvido.
Pero es nuestra obligación de todos modos hacer un poco de fuerza por los muchachos de Flores, para que su derrota sea mas honrosa.
Recordemos, recordemos todo el tiempo. No olvidemos nada...
Si nos espera el olvido, tratemos de no merecerlo...

   

sábado, 30 de diciembre de 2017

Microrelato

A pesar de no existir puertas y ventanas la solidez de los muros le impedía la salida #microrelato

viernes, 29 de diciembre de 2017

Frases: Edmund Hillary

Cuando vas a las montañas, las ves y las admiras. En cierto sentido, te ofrecen un desafío, y tú tratas de aceptar el desafío, escalándolas.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Frases: Lucía Berlín

Son preguntas inútiles. La única razón por la que he vivido tanto tiempo es porque fui soltando lastre del pasado. Cierro la puerta a la pena, al pesar, al remordimiento. Si permito que entren, aunque sea por una rendija de autocompasión, zas, la puerta se abrirá de golpe y una tempestad de dolor me desgarrará el corazón y cegará mis ojos de vergüenza rompiendo tazas y botellas, derribando frascos, rompiendo las ventanas; tropezando, sangrienta, sobre azúcar derramado y vidrios rotos; aterrorizada entre arcadas hasta que con un estremecimiento y sollozo final consiga cerrar la pesada puerta. Y recoja los pedazos una vez más.

   

viernes, 22 de diciembre de 2017

Tejeda en diciembre 2017


Reflexionar con Simone Weill

Lo que cuenta en una vida humana no son los sucesos que la dominan a través de los años -o incluso de los meses- o incluso de los días. Es el modo en que se encadena cada minuto con el siguiente, y lo que le cuesta a cada cual en su cuerpo, en su corazón, en su alma -y por encima de todo, en el ejercicio de su facultad de atención- para efectuar minuto por minuto este encadenamiento.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Felicitación navideña

En estas fiestas navideñas sólo voy a desearte que lo que ansíes se cumpla con el trabajo que para ello hagas, que tus ilusiones sean el fruto del camino que persigas y que tu realidad sea aquella en la que vivas con pasión. Todo lo demás son sólo palabras. Si me necesitas en algún momento del viaje, un café y tiempo para escucharte es lo único que puedo ofrecerte. Felices fiestas. Un abrazo.
☕🎄🎉🎶

lunes, 18 de diciembre de 2017

Poesía: Rubén Darío

Yo persigo una forma

Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo,
botón de pensamiento que busca ser la rosa;
se anuncia con un beso que en mis labios se posa
el abrazo imposible de la Venus de Milo.

Adornan verdes palmas el blanco peristilo;
los astros me han predicho la visión de la Diosa;
y en mi alma reposa la luz como reposa
el ave de la luna sobre un lago tranquilo.

Y no hallo sino la palabra que huye,
la iniciación melódica que de la flauta fluye
y la barca del sueño que en el espacio boga;

y bajo la ventana de mi Bella-Durmiente,
el sollozo continuo del chorro de la fuente
y el cuello del gran cisne blanco que me interroga.

       ( Rubén Darío )

domingo, 17 de diciembre de 2017

Frases: Azorín

Entre todas las alegrías, la absurda es la más alegre; es la alegría de los niños, de los labriegos y de los salvajes; es decir, de todos aquellos seres que están más cerca de la Naturaleza que nosotros.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Poesía: Amado Nervo

Llénalo de amor

Siempre que haya un hueco en tu vida,
llénalo de amor.
Adolescente, joven, viejo: siempre que haya un hueco en tu vida, llénalo de amor.
En cuanto sepas que tienes delante de tí un tiempo baldío, ve a buscar al amor.
No pienses: "sufriré"
No pienses: "me engañarán"
No pienses: "dudaré"
Ve, simplemente, diáfanamente, regocijadamente, en busca del amor.

¿Qué índole de amor? No importa: todo amor está lleno de excelencia y de nobleza.
Ama como puedas, ama a quien puedas, ama todo lo que puedas... pero ama siempre.
No te preocupes de la finalidad de tu amor.
El lleva en sí mismo su finalidad.
No te juzgues incompleto porque no responden a tus ternuras: el amor lleva en sí su propia plenitud.
Siempre que haya un hueco en tu vida,
llénalo de amor.

      ( Amado Nervo )

martes, 12 de diciembre de 2017

Frases: García Lorca

Oye, hijo mío, el silencio. 
Es un silencio ondulado, 
un silencio, 
donde resbalan valles y ecos 
y que inclina las frentes 
hacia el suelo.

jueves, 7 de diciembre de 2017

Frases: Carlos García Gual

Casi todos los grandes caminos de la cultura occidental vienen de la Grecia clásica: los géneros literarios, la filosofía, la política y la democracia, incluso los juegos atléticos, pero sobre todo la libertad y la construcción del individuo como persona.

   

martes, 5 de diciembre de 2017

Reflexionar con...Franz Kafka

El paseo repentino

Cuando alguien parece haberse decidido definitivamente a permanecer en casa, se ha puesto la bata, se sienta después de la cena a la mesa iluminada y emprende aquel trabajo o juego que, después de concluirse, según la costumbre, implica el irse a dormir; cuando fuera el tiempo es desapacible y hace perfectamente natural el quedarse en casa; cuando se permanece tranquilo tanto tiempo a la mesa que el levantarse e irse produciría asombro; cuando la escalera de la casa está oscura y el portal está cerrado; cuando, no obstante, alguien se levanta de repente a causa de un súbito malestar, se cambia de ropa, aparece en seguida listo para salir a la calle, declara que se va, lo hace después de una corta despedida, cada uno según la velocidad con que cierra de golpe la puerta, y cree dejar detrás un enfado mayor o menor; cuando se vuelve a encontrar en la calle, con los miembros ligeros, gracias a la inesperada libertad que se les ha otorgado; cuando, gracias a esta única resolución siente cómo toda la capacidad de decisión se ha acumulado en su interior; cuando reconoce, con mayor importancia de la acostumbrada, que tiene más fuerza que necesidad de realizar el cambio y soportarlo; y cuando recorre así las calles, entonces esa noche se ha separado del todo de la familia, la cual se torna en algo insustancial, mientras que uno mismo, bien fijo, contorneando de negro, golpeándose detrás de los muslos, se eleva a una figura verdadera.

Todo se afianza si se busca a un amigo a esas horas de la noche para comprobar qué tal le va.

 

lunes, 4 de diciembre de 2017

viernes, 1 de diciembre de 2017

Un cuento de Jardiel Poncela

El amor que no podía ocultarse

Durante tres horas largas hice todas aquellas operaciones que denotan la impaciencia en que se sumerge un alma: consulté el reloj, le di cuerda, volví a consultarlo, le di cuerda nuevamente, y, por fin, le salté la cuerda; sacudí unas motitas que aparecían en mi traje; sacudí otras del fieltro de mi sombrero; revisé dieciocho veces todos los papeles de mi cartera; tarareé quince cuplés y dos romanzas; leí tres periódicos sin enterarme de nada de lo que decían; medité; alejé las meditaciones; volví a meditar; rectifiqué las arrugas de mi pantalón; hice caricias a un perro, propiedad del parroquiano que estaba a la derecha; di vueltas al botoncito de la cuerda de mi reloj hasta darme cuenta de que se había roto antes y que no tendría inconveniente en dejarse dar vueltas un año entero.

¡Oh! Había una razón que justificaba todo aquello. Mi amada desconocida iba a llegar de un momento a otro. Nos adorábamos por carta desde la primavera anterior.

¡Excepcional Gelda! Su amor había colmado la copa de mis ensueños, como dicen los autores de libretos para zarzuelas. Sí. Estaba muy enamorado de Gelda. Sus cartas, llenas de una gracia tierna y elegante, habían sido el lugar geométrico de mis besos.

A fuerza de entenderme con ella sólo por correo había llegado a temer que nunca podría hablarla. Sabía por varios retratos que era hermosa y distinguida como la protagonista de un cuento. Pero en el Libro de Caja del Destino estaba escrito con letra redondilla que Gelda y yo nos veríamos al fin frente a frente; y su última carta, anunciando su llegada y dándome cita en aquel café moderno -donde era imprescindible aguantar a los cinco pelmazos de la orquesta- me había colocado en el Empíreo, primer sillón de la izquierda.

Un taxi se detuvo a la puerta del café. Ágilmente bajó de él Gelda. Entró, llegó junto a mí, me tendió sus dos manos a un tiempo con una sonrisa celestial y se dejó caer en el diván con un “chic” indiscutible.

Pidió no recuerdo qué cosa y me habló de nuestros amores epistolares, de lo feliz que pensaba ser ahora, de lo que me amaba…

-También yo te quiero con toda mi alma.

-¿Qué dices? -me preguntó.

-Que yo te quiero también con toda mi alma.

-¿Qué?

Vi la horrible verdad. Gelda era sorda.

-¿Qué? -me apremiaba.

-¡Que también yo te quiero con toda mi alma! -repetí gritando.

Y me arrepentí en seguida, porque diez parroquianos se volvieron para mirarme, evidentemente molestos.

-¿De verdad que me quieres? -preguntó ella con esa pesadez propia de los enamorados y de los agentes de seguros de vida-. ¡Júramelo!

-¡Lo juro!

-¿Qué?

-¡¡Lo juro!!

-Pero dime que juras que me quieres -insistió mimosamente.

-¡¡Juro que te quiero!! -vociferé.

Veinte parroquianos me miraron con odio.

-¡Qué idiota! -susurró uno de ellos-. Eso se llama amar de viva voz.

-Entonces -siguió mi amada, ajena a aquella tormenta-, ¿no te arrepientes de que haya venido a verte?

-¡De ninguna manera! -grité decidido a arrostrarlo todo, porque me pareció estúpido sacrificar mi amor a la opinión de unos señores que hablaban del Gobierno.

-¿Y… te gusto?

-¡¡Mucho!!

-En tus cartas decías que mis ojos parecían muy melancólicos. ¿Sigues creyéndolo así?

-¡¡Sí!! -grité valerosamente-. ¡¡Tus ojos son muy melancólicos!!

-¿Y mis pestañas?

-¡¡Tus pestañas, largas, rizadísimas!!

Todo el café nos miraba. Habían callado las conversaciones y la orquesta y sólo se me oía a mí. En las cristaleras empezaron a pararse los transeúntes.

-¿Mi amor te hace dichoso?

-¡¡Dichosísimo!!

-Y cuando puedas abrazarme…

-¡¡Cuando pueda abrazarte -chillé, como si estuviera pronunciando un discurso en una plaza de Toros- creeré que estrecho contra mi corazón todas las rosas de todos los rosales del mundo!!

No sé el tiempo que seguí afrontando los rigores de la opinión ajena. Sé que, al fin, se me acercó un guardia.

-Haga el favor de no escandalizar -dijo-. Le ruego a usted y a la señorita que se vayan del local.

-¿Qué ocurre? -indagó Gelda.

-¡¡Nos echan por escándalo!!

-¡Por escándalo! -habló estupefacta-. Pero si estábamos en un rinconcito del café, ocultando nuestro amor a todo el mundo y contándonos en voz baja nuestros secretos…

Le dije que sí para no meterme en explicaciones y nos fuimos.

Ahora vivimos en una “villa” perdida en el campo, pero cuando nos amamos, acuden siempre los campesinos de las cercanías preguntando si ocurre algo grave.

  (Enrique Jardiel Poncela)