sábado, 30 de noviembre de 2013

Si Montesquieu nos viera...

 

A estas alturas de la democracia, tal como la concebimos en la actualidad, parece medianamente claro que Montesquieu, si bien es nombrado como el teórico que estableció la separación de poderes, tenía razón en el fondo cuando opinaba que la democracia sólo es posible en comunidades pequeñas no siendo propicia pues para los estados modernos
En su obra “Del espíritu de las leyes” expone los tres poderes y quienes deben ejercerlo y que en nuestro ordenamiento jurídico serían el legislativo por parte de las Cortes Generales, el ejecutivo por parte del Gobierno del Estado y el judicial por los Tribunales de Justicia. Conceptos como, por ejemplo, mayoría absoluta y cuarto poder no eran conocidos en aquellos tiempos.
El poder legislativo está intervenido por las posibles mayorías absolutas en el juego democrático con lo que se establecen puentes colgantes con el poder ejecutivo siendo el primero un títere en manos del gobierno de turno. Además el gobierno del estado suele estar presionado o influenciado, en función de ideologías y otros intereses, por grupos de comunicación, sociales, económicos, religiosos… que a través de éste incide en la génesis de leyes propicias para sus objetivos.
El poder judicial, en función de los mecanismos de nombramiento, igualmente está influenciado por el poder ejecutivo, en la línea de lo citado en el párrafo anterior, y a su vez por los medios de comunicación que imparten justicia de forma paralela o establece mecanismos de presión positiva o negativa a través de juicios paralelos en la palestra social.
Así pues, nos encontramos con tres poderes con posibilidad de vasos comunicantes entre sí y con influencias externas que hacen que la teoría del iluso Montesquieu se deshaga como azucarillo en agua.
Como despedida algunas frases suyas:
Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa”
“Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo”


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Carta anónima de una docente


Según el Diccionario de uso del español de María Moliner, privilegio es la excepción de una obligación, o posibilidad de hacer o tener algo que a los demás les está prohibido o vedado, que tiene una persona por una  circunstancia propia o por concesión de un superior. Por el contrario derecho es la circunstancia de poder exigir una cosa porque es justa.
Soy funcionaria, me dedico a la docencia y trabajo en un instituto de educación secundaria en este país.Y no,yo no tengo privilegios. El sueldo que cobro es un derecho que me gano honradamente con mi trabajo. Está regulado por un convenio en el que participan y firman todas las partes interesadas. Es transparente, cualquier ciudadano puede saber lo que cobro.
Hacienda conoce perfectamente mis ingresos, en mi declaración no cabe el fraude ni la picaresca. Mis ahorros, pocos, están en entidades bancarias completamente controladas por el estado y no en paraísos fiscales. Me levanto todas las mañanas a las seis y media para ir a trabajar. Cuando regreso estoy cansada, porque, aunque no lo parezca,este oficio es agotador. Diariamente doy cuenta de mi trabajo primero a mis alumnos y por supuesto a sus padres, luego a mi director y si es preciso al inspector de mi zona, porque yo sí tengo jefes.

Obtuve mi puesto de trabajo aprobando una oposición, que por si
alguien no lo sabe, es una prueba muy dura, y no hubo “enchufismos” de ninguna clase.
Si tengo que ir a trabajar en coche, el vehículo es propio y pago la gasolina; yo no tengo coche oficial ni chófer. Si he de quedarme a comer, me pago la comida, yo no cobro dietas. El café y el almuerzo corren por mi cuenta, y hasta los bolígrafos rojos que gasto para corregir los ejercicios de mis alumnos, los compro con mi dinero. Los libros de texto y de lectura que necesito para trabajar, de momento nos los ceden, gratuitamente las editoriales, tampoco les cuestan un euro a la Administración.

No, yo no tengo privilegios. Alguien podría pensar que disfruto de un mes de vacaciones más que el resto de mortales, porque los alumnos están de vacaciones. Pero mi trabajo no sólo se desarrolla en las horas que imparto mi materia, cada hora de clase hay que prepararla para el grupo en cuestión, sobre unas programaciones que elaboramos previamente, y nada de eso se hace en el aula; después queda la revisión y el análisis y la tarea de corregir el trabajo de cada alumno; durante el curso escolar trabajo prácticamente todos los domingos, y cuando no trabajo en domingo es porque lo he hecho en sábado. Si cuentan todos estos días, verán que suman más de 31, que son los que tiene el mes de julio, en que, por cierto, los más de nosotros los dedicamos a formación y preparación de materiales para el nuevo curso.
Cuando llevo a mis alumnos de excursión o de viaje, les dedico las 24 horas, dejando a mis hijos y a mi familia. No, yo no tengo privilegios. Y sin embargo me siento privilegiada. Sí, me siento privilegiada porque considero que mi trabajo es muy importante y valioso y realizo un servicio social. Me siento privilegiada cuando veo crecer y madurar a mis alumnos, los veo superar sus dificultades y aprender, y yo estoy ahí ayudándoles, aunque solo sea un poquito. Me siento privilegiada cuando mis alumnos me saludan por la calle, casi siempre con una sonrisa y cuando hablo con sus padres con la cordialidad propia de quienes comparten objetivos. Me siento privilegiada cuando encuentro a antiguos alumnos y me hablan de sus vidas, de sus éxitos y sus proyectos. Y sobre todo me siento privilegiada porque trabajo rodeada de extraordinarios profesionales que se dejan la piel día a día para llevar a buen puerto esta nave que la Administración se empeña en hacer zozobrar.

Sí, estos son mis privilegios, pero puedo asegurarles que no le
cuestan ni un euro al contribuyente. Con todo, no crean que quiero ponerme medallas, nada más lejos. En el fondo me siento como el siervo inútil del Evangelio, al fin y al cabo solo cumplo con mis obligaciones. Pero es importante no confundir derechos con privilegios.

Los recortes en Sanidad y Educación, son recortes en derechos y no en privilegios. Que no os confundan. No veáis enemigos donde hay amigos, ni verdugos donde hay víctimas como vosotros.
Confundir es un arma del poder para camuflar al verdadero culpable.
Con todo lo que está cayendo sobre los docentes, lo que más me duele no es la pérdida de poder adquisitivo, sino el menoscabo moral al que se nos está sometiendo. Solo pido a la sociedad, respeto.

A los políticos, honestidad, porque muchos han olvidado el significado de esa palabra, si es que lo conocieron alguna vez. También les pido valentía, porque pisotear al débil es de cobardes. Los culpables de esta crisis son mucho más poderosos que nosotros y sí tienen privilegios, que lo paguen ellos.



martes, 19 de noviembre de 2013

Martes cansino

 
Las ganas de escribir no son muchas. Los dedos se hacen rogar frente a un teclado que no me inspira. No sé si será este frío que empieza a colarse haciendo más presente este otoño nostálgico y que invita a sentarse en el mullido sofá bajo una manta y con algo de lectura o música mientras una taza de líquido humeante reposa a nuestro lado.
El fin de semana fue un carrusel de emociones….de esas que no se pueden transmitir con simples palabras, de las que sólo es posible intercambiar con una mirada siempre que la otra persona tenga la misma clave. Los sentimientos son una cosa maravillosa porque no los podemos controlar aunque queramos, sólo podemos sucumbir a ellos de forma inteligente si queremos tener una mínima posibilidad de ganar la partida. No voy a hablarles del fin de semana porque está ligado a mi yo interior aunque me haya dejado una variable de sensaciones agridulces porque también los sentimientos positivos tienen matices por causas añadidas.
Quizás esa resaca llegue a este martes cansino que invita a la tranquilidad del hogar. Y pensar que en pocos días ya estará el bullicio callejero fiel a su cita navideña en ese frenesí consumista porque, no nos engañemos, quizás compremos menos, más barato y con más ingenio por la crisis, pero seguiremos comprando como cada año. Me da grima ver ya los preparativos navideños en los centros comerciales, como si quisieran arrebatar más fechas de las que le corresponde en el calendario.
La crisis no ha pasado, pese a la esperanza efímera de algunos y aunque se acabe el préstamo comunitario a la banca española que, a diferencias de cualquiera de nosotros, no tendrá que devolver todo el capital que se le ha dado. Lo he visto en los periódicos del fin de semana que no había leído hasta ahora mismo. Es curioso. Te lees la prensa de hoy y parece que no ha pasado el tiempo, como si los titulares en su mayoría fueran de copiar y pegar. Nada cambia, todo permanece como en la película “Atrapado en el tiempo”.
Así todo, la navidad está agazapada a la vuelta de la esquina esperando su estelar aparición mientras este otoño sigue jugando con la lluvia y el viento sin dejar que el frío entre de lleno por las rendijas de las ventanas. De momento, yo me recuesto en mi sofá soñando con hojas caídas y árboles de navidad y, entre medias, con los recuerdos que dan calor a falta de chimenea.


martes, 12 de noviembre de 2013

Reflexionar con...Madre Teresa de Calcuta


Para comprender

Las personas son poco razonables, inconsecuentes y egoístas,
AMALAS DE TODOS MODOS

Si haces el bien te acusarán de tener oscuros motivos egoístas,
HAZ EL BIEN, DE TODOS MODOS

Si tienes éxitos y ganas amigos falsos y enemigos verdaderos,
LUCHA DE TODOS MODOS

El bien que hagas hoy será olvidado mañana,
HAZ EL BIEN, DE TODOS MODOS

La sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable,
SE SINCERO Y FRANCO, DE TODOS MODOS

Lo que has tardado años en construir puede ser destruído en una noche,
CONSTRUYE, DE TODOS MODOS

Alguien que necesita ayuda de verdad puede atacarte si lo ayudas,
AYUDALO, DE TODOS MODOS

Da al mundo lo mejor que tienes y te golpearán a pesar de ello,
DA AL MUNDO LO MEJOR QUE TIENES, DE TODOS MODOS


martes, 5 de noviembre de 2013

La crisis agudiza el ingenio

 
La crisis agudiza el ingenio y también deja al aire nuestras propias vergüenzas. La agenda de actos en todos los pueblos de mi isla de Gran Canaria se multiplican cada fin de semana. Al margen de las fiestas locales surgen ideas de ocio ligadas a la restauración y al consumo como las rutas de tapas, las noches blancas, los fines de semana de actividades con nombres evocadores, las jornadas de puertas abiertas, las ferias de saldos,  etc.
Toda una oferta comercial y de ocio que nos invita a participar en unas horas o jornadas de asueto colaborando con el comercio local sin un excesivo desembolso económico.
Por su parte, las grandes superficies y áreas comerciales, encadenan con diferentes y llamativos nombres una serie de ofertas y descuentos durante todo el año y a precios competitivos.
Todo ello está muy bien y beneficia al usuario y/o consumidor en general pero la pregunta lógica que se me viene a la cabeza es cómo no se nos ofrecía a la ciudadanía todas esas ventajas económicas en el periodo previo a la crisis. Si partimos de la base de que el que vende nunca pierde, es que los márgenes de beneficio antes de la actual situación económica eran desorbitados y ahora que vienen mal dadas pues se prefiere ganar menos para poder ser más competitivos y subsistir.
Entiendo que la imaginación empresarial no es que haya mejorado con el tiempo, sino que se ha agudizado cuando la crisis aprieta. El lucro económico de antes por parte de la clase empresarial ha dejado paso a la simple subsistencia y economía de crisis.
Así todo…a disfrutar que estamos en crisis. Perdonemos pero no olvidemos.