domingo, 29 de noviembre de 2015

Reflexionar con...Paulo Coelho

LA HISTORIA DEL LÁPIZ

El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó: 
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí? 
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto: 
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas. 
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial. 
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida! 
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo. Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad. 
Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona. 
Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia. 
Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior. 
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de cada acción.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Subvenciones y excedentes del plátano:reflexión

Esta mañana de camino al trabajo y escuchando la radio, escucho con sorpresa e indignación, como el sector del plátano que está enormemente subvencionado y siempre solicitando más ayudas tira a la basura nada menos que once millones de kilos de dicha fruta. Supongo que ya se viene haciendo desde siempre para controlar los precios pero en una situación de crisis como la actual donde muchas familias pasan necesidad de alimentos básicos resulta vergonzozo que por muy legal que pudiera ser la medida -lo que ya resulta incomprensible en sí misma- ésta se lleve a cabo con la pasividad de las administraciones públicas que deben gestionar que las empresas plataneras canalicen los excedentes a las ONGs que puedan distribuirlos sin que pase por el mercado.

jueves, 26 de noviembre de 2015

La distancia de los corazones

La distancia de los corazones.

Extraído de "Juntos pero no atados"  de Jaime Soler y M. Mercè Conangla

Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes:
- ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?
Los hombres pensaron durante unos momentos.
- Porque pierden la calma- dijo uno-, por eso se gritan.
- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –preguntó Baba-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al maestro Meher Baba. Finalmente, él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas y discuten, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esta distancia, deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojadas estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse la una a la otra a través de esa gran distancia.
Luego, Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Pues que no se gritan, sino que se hablan suavemente, ¿por qué?... Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellas es muy pequeña.
Los discípulos lo escuchaban absortos y Meher Baba continuó:- Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? Los enamorados no hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es, observad lo cerca que están dos personas que se aman. Así pues, cuando discutáis, no dejéis que vuestros corazones se alejen, no digáis palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia será tanta que ya no encontrareis el camino de regreso.

martes, 24 de noviembre de 2015

Cuento indio: lo esencial y lo trivial


  Un hombre se perdió en el desierto. Estaba a punto de perecer de sed cuando aparecieron algunas mujeres que venían en una caravana. El hombre, al borde de la muerte, gritó pidiendo auxilio. Cuando las mujeres se aproximaron a él y lo rodearon, pidió urgentemente agua. Las mujeres empezaron a mirarlo con detenimiento y comenzaron a preguntarse cómo querría el hombre que le sirvieran el agua.

?Preferiría en copa de cristal o en una taza?, ¿en un recipiente de oro o de plata?, ¿tal vez en una jarra?

Ellas hablaban y hablaban interesándose por el objeto, pero, entretanto, el hombre iba agonizando por la ausencia de agua.

 

  *El Maestro dice: Hay un área de ignorancia en la mente humana que la inclina a lo irrelevante y trivial, obnubilando la consciencia de lo Real.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Mis galletitas

Un poco fastidiada, la señora va al kiosco y compra una revista, un paquete de galletitas y una lata de naranjada. Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. 

Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. De pronto, la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.

La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer ver que no ha pasado nada; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.

Por toda respuesta, el joven sonríe y toma otra galletita. La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido. 

Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita.

– No podrá ser tan caradura – piensa

.. y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas. Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.

– ¡Gracias! – dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.
– De nada – contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.

El tren llega. Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa:

– Sinverguenza.

Siente la boca reseca de ira. Abre el bolso para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas. !Intacto!

Maestro: las cosas no son siempre como pensamos.

jueves, 19 de noviembre de 2015

El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa. 

De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes. 

“Este es mi árbol de problemas —contestó—. Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis 
hijos.

Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido —dijo sonriendo— es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior”.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

El pequeño pez

 «Usted perdone», le dijo un pez a otro, «es usted más viejo y con más experiencia que yo y probablemente podrá usted ayudarme. Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman Océano? He estado buscándolo por todas partes, sin resultado».«El Océano», respondió el viejo pez, «es donde estás ahora mismo».«¿Esto? Pero si esto no es más que agua… Lo que yo busco es el Océano», replicó el joven pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Primera página

Ficción o no ficción...es la primera página del último libro de Matilde Asensi "El regreso del Catón" y que, bien podría ser el inicio de un ensayo político, en vez de una novela que promete una buena lectura

lunes, 9 de noviembre de 2015

Reflexionar con...Nicanor Parra

El hombre imaginario

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.

Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Decía Oscar Wilde

Reflexión

No se entiende o no se quiere entender.. Tanto en un caso como en otro el resultado es el mismo: palabras al viento de la indiferencia.

Los monólogos son tan inútiles como los diálogos sin conclusiones.