viernes, 22 de abril de 2016

Pasión entre líneas

Entreabrí los ojos y allí estaba, todavía entre las blancas y arrugadas sábanas después de una noche de duermevela. La palidez con que se cubría delataba una vida plena y su piel laminada se abría en suaves surcos para mostrar su interior que la luz del amanecer dejaba entrever entre las palabras que yo imaginaba y las que me dejaba leer.

Nuestra relación siempre había sido apasionada, con altibajos, pero siempre apegados a un mismo destino porque en nuestros abrazos y en nuestros desencuentros habíamos estado a la altura de las circunstancias y siempre daba el consejo adecuado, el punto de vista idóneo y la opinión acertada. Me fiaba de sus consejos y siempre acudía en su busca, sin tener en cuenta matices de horario, día o estado de ánimo, porque sabía que estaría allí, como siempre, esperándome.

El recuerdo de la noche me vino a la cabeza y recordé el último minuto antes de caer en un sueño reparador, por lo que me acerqué lentamente  y alargando mis manos acaricié su piel con los ojos cerrados recordando lo vivido en la penumbra de una lámpara.

Así pues, abriendo en canal con mis deseos su cuerpo me zambullí en su interior para seguir descubriendo todo un universo de sensaciones.

Esto y mucho más me hace sentir ...ese libro.

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