viernes, 14 de junio de 2013

De pinchazo en pinchazo

 
 

Llegaba al trabajo esta mañana intentando apurar este viernes previo a la entrada en el verano cuando noto al bajarme del coche un leve silbido procedente de la rueda trasera. Un pinchazo inesperado amenazaba con tener que remangarme la camisa para la tarea de un cambio que a esa hora no me apetecía por lo que de urgencias al taller para aliviar la presión del neumático y alargar su vida.
 Ayer también tuve que ir a urgencias pero esta vez el coche fue el vehículo salvador que me llevó al centro de salud urgentemente para que, tras el examen de la doctora que con su voz y percha me quitó la mitad del dolor, me dieran un pinchazo en el glúteo y así aminorar las molestias de un cólico nefrítico que surgió de la nada y resucitó después de siete años aproximadamente.
 Dos pinchazos en menos de 24 horas. Y es que la vida está llena de pinchazos. A veces, sólo es un pequeño desajuste como cambiar una rueda o arreglar el neumático para seguir nuestro camino y otras es necesaria una solución más agresiva y medicar con la solución más oportuna como en la urgencia médica. También podemos seguir con el pinchazo a cuestas, con la rueda perdiendo aire hasta que ya no nos deje avanzar más o con un dolor que nos carcome sin ponerle remedio. En ocasiones funciona, el dolor desaparece tal como vino pero si el aire se nos va yendo lentamente, tarde o temprano tendremos que bajarnos del coche.
 Nadie está exento de sufrir un pinchazo, incluso cuando la carretera tiene el piso firme y nada nos hace presagiar el mismo. Vivimos entre las burbujas que creamos y en las que creemos, confiando en su estabilidad e indestructibilidad, sin darnos cuenta que hasta las mejores ruedas de los formula1 también se pinchan y te dejan fuera de una carrera. No sabemos dónde lo vamos a encontrar ni en qué forma, pero lo encontraremos: pinchazos en forma de dudas, incertidumbres, sentimientos, temores….porque cualquier ámbito de la vida es susceptible de pinchar: las relaciones personales, el amor, el trabajo, la familia, la economía…
Por un pinchazo de la burbuja inmobiliaria estamos ante una de las peores crisis económicas de todos los tiempos. Quién nos lo hubiera dicho hace una década a nuestras generaciones y a nuestros gobiernos. Espero que no sea el ejemplo o precedente de los pinchazos que podamos tener en la vida y que los nuestros, al menos, podamos solucionarlos con un simple cambio de rueda.


3 comentarios:

  1. Pinchazos... a nadie les gusta.


    Por cierto, me gustaría felicitarte por tu blog. Me gusta mucho ^^
    Es por eso por lo que me gustaría invitarte a mi Edén, el cuál espero que sea de tu agrado:
    http://losdeliriosdepandora.blogspot.com

    Un beso y nos leemos!!!

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    1. Gracias Pandora. Perdona la tardanza en la respuesta. Me pasaré seguro por tu Edén y nos vemos y leemos en ete universo virtual. Un beso

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  2. Hola Aurelio, me podrias decir si es habitual el pinchazo de neumaticos en Canarias. Te agrdeceria mucho u respesta ya que estoy haciendo una investigacion al respecto. Mi email es oukhiar@yahoo.es.

    A proposito tu blog esta muy bin

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