viernes, 13 de marzo de 2015

De campañas y precampañas

 

El sol de estos días fue un espejismo en los finales de este frio invierno. Marzo es variable como decía en mi entrada anterior, así que vuelve las nubes a copar la vista del horizonte dejando en entredicho la posibilidad de un buen tiempo en esta semana santa que se acerca.
Siete días de pasión para acostumbrarnos al silicio de la campaña electoral que ya asoma en su precampaña, que no es más que la misma campaña pero sin el rigor formal de ésta -el mismo perro con distinto collar- y que tanto una como otra nos cubrirá de frases grandilocuentes y repetitivas, apretones de manos, sonrisas y saludos como si nos conocieran de toda la vida, mítines para los leales y, por lo que veo en la prensa últimamente parece que se ha movido y se moverá el tema de los fichajes en esta temporada de invierno como en el fútbol. Basta que alguien no quepa en el cupo elitista de la lista electoral correspondiente para buscar puesto en otra organización y si no siempre queda la posibilidad de fundar otra dándose de esta manera situaciones que ni Kafka se hubiera atrevido a vaticinar.
La ventaja es que a estas alturas de la película el personal no se asusta por el entramado de la misma y menos por los giros de guión...todo es posible como en el cine de aventura, todo es incógnita como en el de misterio y suspense, todo es cómico como en el de comedia, todo es absurdo como en las pelis del genial Woody Allen.
Si fuera posible mandarse a mudar en plena campaña lejos de esta patria mía y venir el día de la votación a cumplir fielmente la cada vez más difícil “papeleta” de votar a quienes den la talla política que esta España necesita, pero justamente este gremio de la gestión política es el que ha hecho por Acción Vs. Omisión que mi presupuesto haya menguado hasta hacer imposible tal deseo y sólo aspiro a tomar unas cervezas en una terraza que no tenga televisión que me haga enfrentarme con el monstruo.


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