jueves, 11 de mayo de 2017

Poesía: Carlos Tünnermann Bernheim

Para construir el amor
Sobre roca firme
-tú, una de cal; yo otra de arena-
construimos este amor sin adjetivos
henchido de sustancia.

Día a día
noche a noche
-tú, una de cal; yo, otra de arena-
levantamos el edificio
de este querer tan aplomado
que todo lo asienta
y nada lo conmueve.

Pálpito a pálpito
caricia a caricia
juego a fuego
-tú, una de cal; yo, otra de arena-
en jornadas inolvidables
le dimos su recia arquitectura.

De un extremo al otro del día
de una punta a otra de la noche
-tú, una de cal; yo, otra de arena-
armamos este amor sin adjetivos
sin otra argamasa
que su propia sustancia...

II
Prodigio de mis ojos:
¡Adivinarte en la distancia!
Prodigio de mis oídos:
¡Tu voz llegándome en el viento!
Prodigio de mis manos:
¡Palpar tu cuerpo en mi costado!

III
Tu ausencia
Regreso 
y me encuentro con tu ausencia
que obstinada y puntualmente me espera
instalada como dueña y señora.

Intento esquivarla, pero ella
me hace sentir brutalmente su presencia.
Grita y se revuelca en cada cosa
que aprisiona tu recuerdo.

Si busco refugio en las habitaciones,
ella avanza desde adentro
e inunda hasta el aire que respiro.

Convidada de piedra,
se sienta conmigo a la mesa
advertida en los mínimos
detalles domésticos tan tuyos.
Se recuesta y comparte
mis hondas cavilaciones nocturnas
hasta que se incorpora y huye
cuando emerges en mis sueños...

IV
Tu ausencia, amor mío,
es noche cerrada
sin estrellas,
cielo huérfano de luna
sin promesa de amanecer.
¡Y todavía me preguntan
por qué tengo ojeras en el alma!

V
Sería bello
acudir al encuentro definitivo
-desprovisto ya de cuerpo
íngrima y desnuda el alma-
sin otro equipaje
que una rosa de amor
entre las manos.

     

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario