miércoles, 7 de marzo de 2018

Equidistancia

Veo la tele, escucho la radio y las conversaciones al azar, leo la prensa y las redes sociales y entonces entiendo el concepto de equidistante del que oí hablar en una tertulia de opinión. La sociedad está radicalizada desde hace ya algún tiempo y las personas y los conceptos que manejan tienden en iguales términos a la radicalización. No existe término medio en cualquier discusión, los grises se apagaron en la lejanía fruto de la batalla entre los colores y los matices desaparecieron en el fragor de las batallas dialécticas.

La letanía de conceptos en tal sentido puede ser infinita. La equidistancia no tiene nada que ver con la neutralidad o la falta de opinión sobre un tema. La opinión personal  de cada uno no tiene necesariamente que estar en los extremos de la cuestión de debate, no puede estar obligada a elegir entre dos o más posibilidades. El término ha superado su concepción matemática para adentrarse en los ámbitos político y ético de la vida donde se confunde tomar partido en un debate con elegir entre los contendientes del mismo sin tener en cuenta que podemos opinar a favor de ambos o en contra de los mismos.

Porque la vida no tiene parcelas y la mente es un mundo abierto y cambiante.

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