viernes, 16 de marzo de 2018

Autocensura

Hablando en una pequeña tertulia de café sobre las opiniones personales y su manifestación tanto en contextos amigables como más externos así como en las redes sociales, la mayoría pensaban que se tiende a la autocensura porque no merece la pena la sinceridad ante cualquier debate sin correr el riesgo de ser políticamente incorrecto y sus consecuencias. Para hablar y debatir ideas con otra persona debe existir un margen de confianza afectiva mutua y en ese contexto está permitido la diferencia y la discusión razonada. En caso contrario, no merece la pena el esfuerzo.

El anonimato de las redes sociales empuja a las discusiones no precisamente constructivas donde la exposición de las opiniones que no de los razonamientos está por encima de la escucha activa de las opiniones del otro, con lo que se convierte en un diálogo de sordos -por no decir de besugos- que no conduce a ningún lado.

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