viernes, 26 de junio de 2020

Reflexión de viernes


Con esta crisis nuestro vocabulario se ha ampliado con la utilización de vocablos hasta ahora, desconocidos o infrecuentes, como mascarilla, virus, epi, fases, alarma, desescalada, erte, curva, pcr, confinamiento, respirador...y es a propósito de leer una entrevista al psiquiatra Rojas Marcos que me fijé en el poder de las palabras en un entorno de crisis porque decía y con razón que no deberíamos hablar de distanciamiento social sino de distanciamiento físico, por las connotaciones que ello conlleva y porque realmente no estamos distanciados socialmente gracias a las nuevas tecnologías pero sí que debemos estar físicamente separados por cuestiones sanitarias.

Eso me lleva también al vocabulario de guerra que se ha implantado, supongo que no de modo voluntario, en las ruedas de prensa y en las noticias. El vocabulario español es muy rico y lleno de matices que posibilitan que empleemos los términos más aceptados para no alarmar más a la población y suavizar la crisis, con la mente en un futuro inmediato donde habrán nuevas palabras de uso común: solidaridad, crisis, esperanza, adaptación, innovación... si bien me temo que habrá una que no cambie. Los tontos seguirán siendo tontos.


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