jueves, 20 de diciembre de 2012

21 de diciembre...fun...fun...fun

 
 

Quería hacer tantas cosas en estas fiestas navideñas y todo al carajo por culpa de los dichosos mayas que han venido a aguarnos la fiesta, nunca mejor dicho. Todos los deseos y objetivos del próximo año quedarán aparcados para siempre en la memoria histórica. Y es que los humanos no somos planificadores, vivimos al día y así nos va. Al igual que la crisis económica nos vino de lleno, sin apenas tiempo para planificar su llegada y para paliar sus efectos, lo mismo nos ha pasado con el fin del mundo; y eso que es una profecía de muchos años atrás y que las redes sociales y medios de comunicación se han encargado de publicitar hasta la saciedad.
Esa manía nuestra de vivir al límite, siempre cerca del precipicio y con la adrenalina a tope. Al menos los españoles, tenemos la suerte de que estamos acostumbrados en los últimos tiempos a las emociones fuertes con lo que nos enfrentamos con mayor sosiego y cotidianeidad a este fin anunciado.
No aprendemos. En vez de prepararnos para el final, celebrando, por ejemplo, la navidad en esta noche para amanecer todos en familia el día 21 de diciembre cantando villancicos y recordando navidades pasadas, nada; a gastar en regalos y cenas para días posteriores que quedarán en el olvido de la hecatombe.
Estamos en manos del destino…así que toca esperar a ver si, como en la película de James Bond, “Mañana será otro día”. Al menos hay una esperanza. Si hemos sobrevivido a un año con Rajoy y sus reformas y recortes, quizás tengamos una oportunidad.
 
 
 
 


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