sábado, 1 de marzo de 2014

Carnaval

 

             De nuevo las caretas y los disfraces en nuestras vidas, como si hiciera falta marcar una época del año para ello. La política y la economía nos muestran numerosos ejemplos de travestismo político e ideológico, de promesas que se tornan mentiras, de verdades que se transforman en dudas, de brotes verdes que se quedan en grises musgos…
            El lobo que se viste de cordero para perpetuar el engaño es un disfraz recurrente a lo largo de la historia. Seguimos dejándonos engañar cada cuatro años pese a que asoma las orejas el lobo, a pesar de los ojos que se vislumbran tras el antifaz y la persona que se intuye detrás de la careta y luego nos quejamos de nuestra propia decisión.
            Siempre nos quedará las Carnestolendas para diversión del pueblo y que enmascara el devenir de los tiempos actuales entre los sonidos de la música y la efervescencia del alcohol dejando que las risas y el humor nos entretenga en unas fiestas que ni siquiera son de nuestra propiedad porque también pertenecen a quienes ostentan el poder que decide sobre todos aquellos aspectos que inciden en nuestras vidas.
            Así todo, a gozar del Carnaval por unas semanas, que luego los mismos que organizan “nuestro” disfrute vendrán de nuevo a seguir organizando nuestras vidas según “su” disfrute.
            Que Baco y Eros os acompañe...pero volved ebrios de fuerza para continuar diciendo no a quienes pretenden la involución.
 


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