lunes, 24 de octubre de 2011

Aromas de la infancia



Veo en la prensa la publicidad de una “nueva fragancia” llamada Floid “para hombres de verdad”  porque “aún quedan hombres con hombría”.  Dejando a un lado los lemas publicitarios que parecen sacados de la misma época de la fragancia donde el machismo campaba a sus anchas y que sería un tema por sí solo a debatir, si que ma llevado esa marca a recordar ese olor característico de toda una generación masculina de padres y abuelos  de mi infancia donde debía ser la única marca del limitado mercado de la época.

Recordando esa mentolada fragancia, mi olfato recordó ese y otros olores que me trasladaban a la niñez y adolescencia: el millo recien tostado en un barreño de hojalata al calor de una hoguera de leña mientras el resto de la familia se entretenía descarozando piñas, las cuales también asábamos en las hogueras de San Juan; las brasas del carbón de una plancha de hierro, las tortillas recien hechas en los días de carnaval, el vaporux con que mi madre me regaba el pecho cuando tenía un resfriado, el chocolate y los churros en las tardes de lluvia, la alfafa recien cortada, el café de las reuniones familiares, la ropavieja que hacía mi abuela…y así, tantos aromas que mi olfato puede sentir virtualmente.
         En una vida que se desarrolló en el extraradio de una ciudad, más cercana al mundo rural que urbano, los olores formaban parte de la vida, tanto por el contexto como porque en la vida diario teníamos más aromas que ahora o, por lo menos, tenían más protagonismo.

          En cuanto al machismo que destila el aroma de Floid...sin comentarios.


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